Es peligroso asomarse al exterior, crítica teatral

26 Feb 2024

señalObvio es decir que el patrimonio cultural español dentro del hecho teatral, es vastísimo y enorme. Igual que sucede con la pintura, escultura, música o cualesquiera otra expresión de las bellas artes.

“Digo lo que se puede decir”

Actores y actrices magníficos, técnicos de los más contrastados mundialmente, además de gestores y programadores que han llevado, a lo largo de los siglos, la esencia de cada época ante espectadores de ayer, hoy y siempre. Desde los primigenios textos de Juan del Encina a los realistas y dolientes de Antonio Buero Vallejo, del fulgor áureo de Lope de Vega, Cervantes o Calderón de la Barca, al modernismo de Valle-InclánFederico García Lorca como expresión de la Generación del 27 de la que fue parte, de los galardonados Premios Nobel Jacinto BenaventeJosé Echegaray al maestro de la sátira que fue Francisco de Quevedo. El legado de la dramaturgia española es amplísimo y en él también son parte escritores, no tan presentes en el momento actual, como Miguel Mihura o Enrique Jardiel Poncela, quienes, entre otras cosas, contribuyeron a crear el movimiento del teatro del absurdo que siguieron algunos grandes de la escena internacional como Eugène Ionescu y Samuel Beckett.

“Soy la felicidad de Gerardo”

cartel

En estos días se ha hecho hueco en la programación del Teatro Español, de Madrid, la obra “Es peligroso asomarse al exterior”, que toma el título de los carteles que advertían del riesgo de abrir las ventanas en los ferrocarriles españoles de mitad del siglo XX, una obra de Jardiel que no es de las más representadas del autor, la cual fue estrenada en el Teatro de la Comedia en 1942.

“A éstos (parejas) los mandas a una isla desierta …y siete años después sigue desierta”

Lucía QuintanaHay épocas difíciles de ser actualizadas hacia la contemporaneidad, como la que nos ocupa en esos oscuros años 40’s del siglo XX en España. Los tics e, incluso, las palabras utilizadas que aparecen en el texto original condicionan una cierta sensación de ‘antediluvianismo’, como el uso del término ‘muchachas’ para referirse a un amplio rango de edad en las protagonistas femeninas; a pesar de todo Jardiel crea un personaje protagonista femenino que viaja por el mundo decidiendo por sí misma que hacer y con quien estar, sin sujetarse a convencionalismos, ni dependencia de terceros, masculinos o femeninos, que hace expresión de sí misma bajo la afirmación de ‘¡Soy libre y soy feliz!‘, ¿cabe mayor empoderamiento?, bien es verdad que todo ello se sustenta sobre la independencia económica de ser una rica heredera, pero, repetimos, la obra obedece al contexto social de 1942.

“Tú tienes que enterarte aún …y ellos ya se han enterado”

elenco y escenografía

Pilar Massa (Conversaciones con mamá) versiona y dirige esta propuesta, optando por mantener la esencia con que fue escrita e incluso las formas  y modas de su época. En la parte inicial se representan las tres escenas, en Buenos Aires, New York y Niza, que nos presentan tres relaciones amorosas en los que la dama resulta ser la misma mujer, ‘Isabel’, aún con diferentes matices de carácter y personalidad, ajustados a la necesidades de los hombres con los que interactúa, ‘Gerardo’, ‘Federico’ y ‘Marianoque resultan ser, respectivamente, padre e hijos.  El lío, y el artefacto cómico vinculado a él,  queda expuesto con los habituales signos de Jardiel, de brillantez en su texto a base de juegos de paradojas, y enfrentamiento del encorsamiento social de la época frente al nuevo tiempo que asoma, todo ello abordado con inteligencia y toques del primigenio teatro del absurdo que son seña de identidad. 

“Vivir es lo más antihigiénico que existe, pues de vivir se muere todo el mundo”

Lucía Quintana y Elena González

Más allá de las recreaciones de los tres cuadros iniciales, dentro de una escena en negro, la escenografía, diseño de Estudiodedos, recrea la casa familiar de la aristócrata familia a la que pertenecen los tres protagonistas masculinos de la trama, además de su tia ‘Guadalupe‘, estupendamente representada por la sólida actriz que es Elena González (Fundamentalmente fantasías para la resistencia/,El Golem, El bar que se tragó a todos los españoles, La ternura, Edipo Rey). La iluminación de Olga García nos dejó alguna duda. Adecuada aportación de Rafael Garrigós en vestuario.

“Somos novios cesantes”…”Usted, a su papel de viuda vitalicia”

Es peligroso asomarse al exterior, crítica teatral

Desde el punto de vista interpretativo, además de Elena González, es de destacar el duo cómico que componen Paco Ochoa (María LuisaEl proceso, Esta noche se improvisa la comedia, Shock 2 [La tormenta y la guerra], Shock [el condor y el puma]) como ‘Wenceslao’ y César Camino (‘Sueños de un seductor‘, ‘La función que sale mal‘, ‘Una vida americana‘, ‘Tres sombreros de copa‘, ‘El vergonzoso en palacio‘), como ‘Hermenegildo’, que soportan sobre sus espaldas los momentos más hilarantes de la trama, entre el rol de mayordomo de aquel y el de lacayo de éste. Correcta y solvente está Lucía Quintana (Ser o no ser,  Anfitriones, Sueños, Los hermanos Karamazov) como ‘Isabel’. CEs peligroso asomarse al exterior, crítica teatralompletan el resto del amplio elenco, con catorce actores en escena, Daniel Freire como ‘Gerardo’, Guillermo Manuel Ortega como ‘Federico’, Raúl Fernández de Pablo (La bella Dorotea) como ‘Mariano’, Jacinto Bobo como ‘Silvio’, Katia Borlado como ‘Tula’, Malena Gutiérrez (Espía a una mujer que se mata) como ‘Santa’, Cynthia Rosado como ‘Heliodora’, Guillermo de los Santos como ‘Pepe’, Raquel Varela como ‘Sofía’, y un acertado y comíquísimo Samuel Viyuela González (Madre coraje y sus hijos, Filoctetes, Perra vida, Yo, Feuerbach), estupendo comoJuanito’.

“¡Soy libre y soy feliz!”

Oportuna aparición de Enrique Jardiel Poncela en la programación de temporada del Teatro Español , la cual ha servido para que el público se reencuentre con su original sentido del humor y la brillantez en algunos de sus giros lingüísticos, materia en la que era un maestro con reiteradas muestras en su obra, como acredita en esta propuesta el estirado mayordomo, permanentemente altivo y arrogante, con su cuello estirado y mirando al cielo, a quien le preguntan: “¿Wenceslao, usted ve ésto?”… a lo que responde, “¡lo oigo!, ¡lo oigo!”. Son evidentes los tics de una época con amplias diferencias sociales con la actual, lo cual no debe impedir disfrutar del humor y sarcasmo de uno de los padres del teatro del absurdo que es parte del enorme patrimonio teatral español y por tanto de nuestra cultura.

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