Shock 2 (La Tormenta y la Guerra), crítica teatral

18 May 2021

Junio de 2019, aún no lo sabemos pero faltan casi seis meses para que nuestra vida se vea interrumpida por el efecto de un virus que irrumpió en China camino de condicionar la vida de todos los humanos que, por entonces, poblábamos este planeta del sistema solar, llamado Tierra.

Por entonces la escena teatral madrileña acudió asombrada a un sorprendente espectáculo cobijado entre los abundantes recursos con que está dotado el Teatro Valle-Inclán, producto del trabajo conjunto de la dramaturgia de Juan Mayorga, Albert Boronat, Juan Cavestany y Andrés Lima, alineado dentro de los estándares de lo que se conoce como ‘Verbatim’ o teatro documental, pero, sobre todo, una conseguida propuesta teatral que funcionaba por sí misma, bien representada, excepcionalmente enmarcada en unos determinados hechos y que sugería mucho más allá del sumatorio de historias que componían su trama, hablamos de «Shock (el cóndor y el puma)” una obra cuyo recuerdo nos sigue emocionando.

«Si en el dominio de lo ético la distinción primera es entre el bien y el mal, si en el de lo estético lo es entre lo bello y lo feo, si en el de lo económico lo es entre lo rentable y lo no rentable, ¿cuál es la distinción primera en el dominio de lo político?»

cartelDos años después, a caballo entre los meses de mayo y junio del año 2021, cuando empezamos a ver el principio del fin de la pandemia del Coronavirus Covid-19 que ha cambiado nuestra percepción de la realidad en esta incipiente tercera década del siglo XXI, llega una primera secuela de aquel sugerente espectáculo, titulada “Shock 2 (la tormenta y la guerra)”, y ante su solo anuncio acudimos seducidos por lo que sugiere la misma y las expectativas que se abren ante nosotros tras su precuela.

En la información previa somos conscientes de la ausencia de dos grandes protagonistas de nuestros recuerdos de la propuesta de 2019, ni Ernesto Alterio (formidable en su recreación de Videla), ni Ramón Barea (igual de creíble en la piel de Pinochet que en la de Salvador Allende), estarán en ‘Shock 2’, con el anuncio de que su hueco es cubierto por Guillermo Toledo, Alba Flores y Antonio DuránMorris”.

“Siento respeto hacia mis enemigos, me ayudan a pensar”

Shock 2’, como su antecedente ‘Shock 1”, se desarrolla a partir de las teorías planteadas por Naomi Klein (1970, Montreal) en su obra “La doctrina del shock”. En la primera secuela es el personaje de Milton Freeman quien inicia el devenir de los hechos a partir de la exposición de sus propuestas liberales, que encontraron amplio eco en sus seguidores en la Universidad de Chicago, y en la segunda parte recién estrenada, es el personaje dCarl Schmitte Carl Schmitt (Pletenburg -Alemania-, 1888/1985) quien ocupa la parte inicial de la propuesta, compartiéndonos sus teorías.

Schmitt nutrió ideológicamente al nazismo hasta caer en desgracia por sus jerarcas, siendo recuperado años más tarde por sensibilidades totalmente contrarias, lo cual no le impidió ser amigo personal de notables personalidades franquistas, como Manuel Fraga Iribarne. Sus polémicas tesis de identificar, confrontando, al enemigo, justificando incluso la guerra, parecen hoy de máxima actualidad en estos tiempos de antagonismo absoluto que vivimos, donde el otro, el contrario, parece lo que termina por justificar el propio pensamiento. Schmitt fue un crítico máximo del liberalismo y de la democracia parlamentaria.

“La esencia de la acción política es que siempre tiene un enemigo a la vista”

Shock 2 (la tormenta y la guerra), crítica teatralShock 1” fue, desde luego, un exponente claro de lo que se conoce como teatro documental o verbatim, pero fundamentalmente, y antes de ello, fue un espectáculo teatral redondo, magnífico en su resultado, con una historia bien contada, bien interpretada y sorprendente en el resultado de su puesta en escena. 

Shock 2” es, en linea con su antecedente, una notable propuesta teatral, pero en ella prima su aportación al teatro documental (verbatim) por encima de su valor intrínseco como espectáculo teatral. Es una gran obra, pero no supera a su primera parte, aún con una valía indudable por sí misma.

“Calificarse uno mismo de apolítico es una acción política”

En “El cóndor y el puma” se pone el foco en los acontecimientos sucedidos en torno al golpe militar en Chile que acabó con la presidencia de Salvador Allende, además de con lo sucedido alrededor de la junta militar que ocupó el poder en Argentina, acontecimientos ambos que se desarrollaron a lo largo de los años 70’s del siglo XX.

Shock 2 (la tormenta y la guerra), crítica teatral

En “La tormenta y la guerra” se describe lo vivido a partir de los años 80’s de esa misma centuria, primero con el inicio del movimiento ultraliberal encabezado por Margaret Thatcher y Ronald Reagan, luego con la guerra de Irak y la persecución al antiguo colaboracionista estadounidense de nombre Sadam Husein, la ‘lucha’ contra el terrorismo internacional, la aparición de Osama Bin Laden, el Daesh, las consecuencias de los atentados del 11-s y las sombras del ‘asimétrico’ conflicto palestino israelí que llegan hasta nuestra contemporaneidad.

“¡Ay, de quién no tenga enemigos, porque será mi enemigo en el juicio final!”.

Shock 2 (la tormenta y la guerra), crítica teatralLa abundante información proporcionada prevalece sobre las claves de bóveda necesarias para que el espectáculo prime y ello tiene consecuencias en la comparación con el “Shock 1” irreprochable desde el punto de vista teatral.

En los aspectos técnicos, todo lo indicado en su día para la precuela del actual espectáculo, es vigente para “La tormenta y la guerra”. La escenografía y vestuario, de Beatriz San Juan; la iluminación de Pedro Yagüe; la música y espacio sonoro de Jaume Manresa y la videocreación de Miquel Ángel Raió.

¡Deberíamos hacer más …y hablar menos!” (Deng Xiaoping)

El texto vuelve a ser obra de los dramaturgos que ya participaron en la primera parte, encabezados por  el propio director del espectáculo, Andrés Lima, junto a Juan Cavestany, Albert Boronat y Juan Mayorga, quien firma el destacado monólogo inicial que protagoniza el personaje de Carl Schmitt.

Alba FloresEn las interpretaciones vuelven a destacar María Morales en su recreación de Margaret Thatcher, aún sin el lucimiento que su personaje tenía en la primera parte, además de Natalia Hernández, brillando en su versatilidad, tanto como actriz, cantante e instrumentalista musical. Guillermo Toledo acierta al recreaNatalia Hernándezr el rol de Ronald Reagan, sin conseguir ese mismo resultado al encarnar a George W. Bush. El máximo aire fresco que llega a esta propuesta lo protagoniza Alba Flores, con un gran desempeño en cada uno de los papeles que le son encomendados, los cuales aborda desde una humildad ya acreditada en anteriores apariciones escénicas. Juan Vinuesa y Paco Ochoa, que ya participaron en ‘Shock 1’, completan el elenco junto con la incorporación de Antonio DuránMorris”. Entre todos ellos recrean más de 40 personajes.

El mundo es un lugar caótico y alguien debería poner orden” (Condoleezza Rice)

Irreprochable espectáculo, cuya mayor dificultad está en la comparación con su antecedente, de una excelencia máxima y difícil réplica. En esta ocasión la propuesta destaca más por su valor como teatro documental , o verbatim, con muchos datos, información y también opinión, lo cual condiciona su funcionamiento como espectáculo teatral completo, siendo esa la diferencia más evidente con “Shock (el cóndor y el puma)”. El recuerdo de aquel matiza la sensación final de “Shock 2 (La tormenta y la guerra), pero el conjunto de ambas propuestas merece el elogio. Más que interesante.

 

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