La bella Dorotea, crítica teatral

21 Abr 2022

Hace tres años la actual máxima responsable artística del Teatro Español, Natalia Menéndez, dirigió una producción del CDN sobre “Tres sombreros de copa”, sin duda una de las obras más representativas de Miguel Mihura, con la cual mantiene un vinculo histórico a través de su padre Juanjo Menéndez, que tantas veces la protagonizó.La bella Dorotea, crítica teatral

“Hombre, Dorotea …¡por fín te casas!”

Actualizar el teatro del absurdo, surrealista las más de las veces, del dramaturgo madrileño no es tarea fácil, a pesar de lo cual, ahora programa la versión y adaptación de Amelia Ochandiano sobre “La bella Dorotea” ubicando la trama en los años 70’s del siglo XX, aupada sobre la idea de que esos años de movida y transformación social de la incipiente democracia española, suponen el ambiente adecuado para que Dorotea manifieste su rebeldía a través de su propia decisión de permanecer vestida con el traje de novia con el que la dejaron plantada camino del altar, porque si no fué con aquel novio, será con otro; sin caer presa de los comentarios de los demás sobre los detalles de ese episodio, entre los cuales no es baladí que sea la hija del hombre más rico y poderoso del pueblo, una localidad costera del norte de España.

Desubicar de sus referencias temporales y sociales a Mihura tiene un coste, pues el mecanismo de su humor de lo absurdo es casi una pieza de precisión y cualquier detalle hurtado o puesto de más, complica el resultado, lo cual sucede especialmente en el monólogo final que el personaje de Dorotea dedica al público en esta personal versión de Amelia Ochandiano.

“Dígame, ¿en este pueblo hay muchas tontas …o es usted sóla?”

Una original escenografía, con aire ‘naif’, diseñada por Raúl García Herrero, acoge la trama desde la inicial escena de la lluvia cayendo sobre el divertido trio de amigas/vecinas de Dorotea, compuesto por Belén Ponce de León, María José Hipólito y Mariona Terés, a la recreación de la casa de la novia mientras se prepara para acudir al altar, pasando por la playa norteña y la estación de tren dominada por un gran reloj como metáfora del paso del tiempo …y la espera que supone. Acertada aportación de Juan Gómez-Cornejo en la iluminación, José Mora en la videoescena y María Luisa Engel en el diseño de vestuario.

La bella Dorotea, crítica teatral

Manuela Velasco (‘Ricardo III‘, ‘Feelgood‘, ‘Bajo terapia‘) luce interpretando a Dorotea, sabiendo moverse desde el rasgo más evidente, de la determinación en su decisión, hasta una ternura llena de reflexión, sin hurtar momentos de aparente locura con otros llenos de cordura. Junto a ella Rocio Marín (‘Tres sombreros de copa‘) nos vuelve a dar muestras de su capacidad teatral, especialmente dotada para la comedia.

“¡Qué le vamos a hacer si el género lírico está en crisis!”

La bella Dorotea, crítica teatralLos papeles masculinos son representados por César Camino (‘Sueños de un seductor‘, ‘La función que sale mal‘, ‘Una vida americana‘, ‘Tres sombreros de copa‘, ‘El vergonzoso en palacio‘) y Raúl Fernández de Pablo, de forma correcta; mientras que Mariona Terés, María José Hipólito y Belen Ponce de León (‘Lo nunca visto‘) componen un divertido triunvirato de amigas de Dorotea, que realmente son el altavoz de las habladurías que en el pueblo hay sobre la novia abandonada que perdió la cabeza.

Siempre apetece recuperar a Miguel Mihura sobre la escena teatral, con su acerada carga de crítica social y su ironía escondida bajo formatos de comedia. Amelia Ochandiano se aproxima a “La bella Dorotea” con su propia visión y ello tiene un impacto en el resultado final, aunque salgamos tarareando las clásicas estrofas de “Caballero de Gracia, me llaman…

 

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