La fortaleza, crítica teatral

29 Feb 2024

cartelUna de las aportaciones en el actual periodo de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, es el de pasar por el tamiz de la contemporaneidad las obras clásicas que se programan en el espacio del Teatro de la Comedia, dentro de lo que ha sido bautizado como ‘Diálogos contemporáneos’, los cuales son acogidos en el seno de la Sala Tirso de Molina.

Así, mientras ‘El castillo de Lindabridis’ se mantiene programado en la sala principal, hasta el 10 de marzo, se solapa la programación de ‘La fortaleza’, hasta el día 3 de marzo, sobre texto original de Lucía Carballal (Las bárbaras, Una vida americana) que realiza una aproximación a lo que supone el legado, como herencia de lo que recibimos de nuestros padres, tanto en el plano individual (bienes, objetos…) como en el general de la sociedad (cultura, formas de hacer, valores…).

Heredar es necesariamente un movimiento subjetivo de recuperación. Un hacer nuestro lo que ya era nuestro” (Massimo Recalcati)

Si la princesa Lindabridis busca cumplir con lo exigido para suceder a su padre, el Rey, y conseguir heredar el reino; en ‘La fortaleza’ se expresa el deseo de una hija por conseguir ocupar el espacio de su propio padre, así como como su huella, convirtiéndose el éxito que tuvo él, en una losa difícil de acarrear y sobrellevar, especialmente por la huella de la ausencia del progenitor, quien reconstruyó su vida, con otra familia y en distinta ciudad.

La fortaleza, crítica teatral

La idea que Lucía Carballal extracta del texto de Calderón de la Barca, es la de la ausencia del padre y lo escenifica a través de los monólogos de tres actrices que se fueron sucediendo una a otra en la CNTC, gestionando con ello el legado del teatro clásico, en sutil metáfora; primero Eva Rufo (El pato salvaje), cuyo testigo recoge Mamen Camacho (El Disfraz, Las Cartas y La Suerte, Enrique VIII y la cisma de Inglaterra), culminándolo Natalia Huarte (París 1940, El bar que se tragó a todos los españoles, Delicuescente Eva, Enrique VIII y la cisma de Inglaterra) quienes van intercalando sus propias peripecias personales y profesionales, con las vivencias y recuerdos de la dramaturga respecto de su padre ausente. El oficio de las tres actrices está más que contrastado y desde el punto de vista de interpretativo no hay un pero posible.

La fortaleza, crítica teatral

“¿Cuál es el plano de la ruta que nos lleva a nuestro padre?”

La escenografía, creación de Pablo Chaves, busca sugerir y para ello destaca entre sus componentes principales un elemento que evoca el castillo volador de Lindabridis, en el que se abre, como una metáfora, una puerta, aunque no es la única, ya que el hecho de que el padre ausente sea arquitecto, también tiene un peso en ese guiño. El vocablo fortaleza representa cualesquiera construcción, pero también fuerza y vigor, que de hecho son las primeras acepciones que la RAE asigna a ese término lingüístico, rasgos esenciales, ambos, para conseguir los propósitos que cualesquiera personas, en la realidad y en la ficción, pretendan alcanzar. Sobre el suelo, y en la proyección inferior del castillo volador, un rectángulo lleno de escombros resulta sugerente. El vestuario también es responsabilidad de Chaves, quien combina la ropa contemporánea con algunos vestidos utilizados por las tres actrices protagonistas a lo largo de su recorrido en la CNTC. Adecuadas aportaciones de Pilar Valdelvira en la iluminación, Benigno Moreno en el sonido y Elvira Ruiz Zurita en la videoescena.

La fortaleza, crítica teatral

Nunca pensé que mi padre, su ausencia y su arquitectura, me darían la llave para acceder a Calderón, o que Calderón me daría la llave para acceder a mi padre al que no pude conocer demasiado” (Lucía Carballal)

La fortaleza’ es una obra muy personal de Lucía Carballal, quien utiliza la programación de ‘El castillo de Lindabridis‘ para reflexionar sobre el concepto de legado, utilizando su propia experiencia personal, sin duda en forma de catarsis, siguiendo los pasos de algunas de otras de sus compañeras en la dramaturgia, como Cris Blanco en ‘Pequeño cúmulo de abismos‘ o Denise Despeyroux en ‘Misericordia‘, cayendo, quizás, en un cierto ‘ombliguismo’ que convierte a las autoras en protagonistas. A destacar el trabajo interpretativo de las tres actrices que se suceden en el desarrollo de la propuesta creada por Carballal.

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