El síndrome de la Moncloa favorece al aspirante

17 Jul 2023

Hay edificios que parecen tener un efecto en quienes cobijan en ellos, el Palacio de Linares y las psicofonías que se oyen en sus hechizados espacios ó la Casa de las siete chimeneas con presencias fantasmagóricas, ambos en Madrid, son ejemplos, pero en la política patria es proverbial hablar de ‘El síndrome del la Moncloa‘ cuyos efectos son, y han sido, evidentes en todos y cada uno de los inquilinos que, como presidentes del Gobierno le han habitado, de Suárez a Rajoy, pasando por Felipe González, Aznar y Rodríguez Zapatero. Ninguno de ellos, a pesar de sus diferentes caracteres, veleidades aparte, lo pudieron obviar y superar. Todos ellos sucumbieron tras la evidencia del famoso fenómeno.

Ls expertos ‘monclovitas’ que, como en todo en la vida, también hay, señalan como síntomas evidentes, en todos y cada uno de los que por allí pasan (o han pasado), el hecho ‘objetivo’ de alejarse de la realidad, una cierta sensación de ‘soledad’, el ensimismamiento y una incomunicación que termina por germinar el cáncer de la incredulidad sobre lo que su acción genera.

“No se ría, Sr. Sánchez” 

Aunque, quizás, la clave de bóveda de lo que ocurre con los inquilinos del palacete adquirido  por Gaspar de Haro, marqués de Carpio, en el siglo XVII, no sea consecuencia de ningún efecto mágico destilado por sus muros, sino por el hecho de los halagos continuos que reciben quienes llegan a él para gobernar, solo dispuestos a que les den la razón, les digan lo ‘altos ‘ que son (aún sin serlo en realidad), lo ‘guapos‘ y ‘bellos‘, y la razón que tienen en todas y cada una de sus iniciativas, opiniones y aseveraciones; olvidando que, como recoge Miguel de Cervantes en ‘Don Quijote de La Mancha‘, solo, ‘quien bien te quiere, te hará llorar’, porque lo que es totalmente accesorio, en cualquier responsabilidad (política, empresarial o de gestión), es rodearse de ‘aplaudidores’ que en lo único que piensan es en prolongar el periodo de su influencia y sus prebendas vinculadas a ello. Sin aplicar las enseñanzas derivadas de la aseveración de Tácito: ‘Quién se enfada por la críticas, reconoce que las tenía merecidas‘.

“Yo ya sabía que usted no me iba a dejar hablar…¡pero no tanto!»

Adolfo Suárez terminó enclaustrado en los muros del Palacio de la Moncloa, intentando defenderse de los propios que terminaron por dinamitar la UCD. Txiki Benegas relató, en 1991, que los socialistas, en el mandato de Felipe González, se referían a él como ‘Dios’ y que el hecho de calcular quien era quien en aquella época era una derivada directa de ser invitado, o no, a la celebre ‘bodeguilla’ monclovita. Miguel Ángel Rodriguez, responsable de comunicación y cercanísimo colaborador de Aznar en sus primeros pasos como líder popular, señala en su libro ‘Y Aznar llegó a presidente‘ la decepción que se llevó cuando fue a visitarlo en el año 2002 y descubrió que no conocía a su ‘jefe‘ porque había sufrido una transformación que le había convertido en un ‘mandón’, hasta el extremo de advertidle ‘Te van a espachurrar‘, obteniendo por respuesta ‘¿Cómo te atreves a decirme eso?‘. Rodríguez Zapatero, más concretamente su esposa, Sonsoles Espinosa, emprendió una ingente remodelación de espacios y decoración del Palacio, buscando convertirlo en un verdadero hogar, pero el síndrome no fue inocuo para el antecesor que incubó la mayoría absoluta de Rajoy para desgracia de los miles de afectados por la Reforma Laboral que recortó derechos alcanzados por los trabajadores de España desde mitad del siglo XX y para quienes fueron condenados por el efecto de la mal llamada ‘crisis financiera’ explosionada por el ex-directivo del quebrado banco de inversión Lehman Brothers, Luis de Guindos. Rajoy nunca quiso ocupar el edificio de ‘La Moncloa‘ y sondeó la posibilidad de haber seguido viviendo en su duplex de Aravaca, pero tampoco pudo evadir los efectos ‘monclovitas‘ cediendo el protagonismo en su salida de la presidencia del Gobierno, a la imagen del ‘caro’ bolso de Soraya Sáenz de Santamaría ocupando su escaño en el Congreso de Las Cortes de España en las últimas horas de vigencia de su mandato. La brevedad del mandato de Leopoldo Calvo-Sotelo hace que no aparezcan anécdotas suyas respecto a esta breve historia.

“Vox es un partido de ultraderecha de verdad” (Alberto Núñez Feijóo en 2019)

Pues bien, este pensamiento, sobre ‘El síndrome de la Moncloa‘, es lo primero que me vino a la cabeza visionando el debate, cara a cara, organizado por Atresmedia con ocasión de las elecciones generales del 23-J.

Dentro de los cuatro bloques específicos en los que se dividió el contenido, sobre un tiempo total de 100 minutos: 1) Economía, 2) Política social e igualdad, 3) Pactos y gobernabilidad, y 4) Políticas de Estado, Institucionales e Internacional, podemos decir que Núñez Feijóo logró imponerse en el primero de ellos, sobre materia económica, aunque más por las formas que por el fondo, introduciendo más de una inexactitud, que, sorprendentemente, el actual presidente del Gobierno no fue capaz de rebatir, aún recuperándose posteriormente en ‘Política Social e igualdad‘ y ‘Pactos y gobernabilidad‘, para volver a ser superado en ‘Políticas de Estado, Institucionales e Internacional‘, antes de cerrar con un ‘minuto de oro’ de mayor carga política y mejor mensaje, que el ofrecido por el actual líder del PP.

“¡Yo soy un político limpio!”

Núñez Feijóo supo vestir de unas formas moderadas varias inexactitudes, por no decir planteamientos contrarios a la verdad, y además tener éxito en sus continuas interrupciones, no bien gestionadas por Pedro Sánchez, que se mostró incluso acelerado. Algunas de esas inexactitudes fueron:

1. ‘Es el tercer presidente de España que menos empleo ha creado‘: No es cierto, ya que ese ‘mérito’ le corresponde a Mariano Rajoy que aumentó el número de ocupados en 1.191.000, mientras que Pedro Sánchez ya ha superado los 1.500.000.
2. ‘España es el último país en recuperar el PIB prepandemia, junto a la República Checa‘: Afirmación incorrecta. Alemania está hoy por debajo del PIB de antes de la pandemia. España tuvo un crecimiento interno, en el primer trimestre del 2023, del 4,2%, cuatro veces superior a la media de la UE.
3. ‘Nosotros no gobernamos perdiendo’: Afirmación incorrecta. María Guardiola gobierna habiendo sido la segunda fuerza más votada en Extremadura. Al tiempo el PP gobierna con Vox decenas de ayuntamientos sin haber sido primera fuerza política en ellos.
4. ‘Usted era consejero de una caja (de ahorros) y la quebró. También quebró usted Caja Madrid‘: Inexacto. Pedro Sánchez era miembro de la Asamblea, con otros 322. En lo sucedido con Caja Madrid, es evidente, que tuvieron mucha más responsabilidad sus dos últimos presidentes, Miguel Blesa de la Parra (compañero de colegio de José María Aznar y sin ninguna experiencia previa como bancario) y Rodrigo Rato Figaredo (ex-vicepresidente del gobierno y ministro de Economía y Hacienda con Aznar).
5. ‘Soy el tercer presidente de España (de CC.AA.) que menos ha incrementado la deuda‘: Afirmación incorrecta, ya que, a final del año 2022, Galicia ocupó la décima posición entre las CC.AA. que más endeudamiento sumaron al conjunto de España, situándose en séptima posición absoluta por endeudamiento sobre PIB.
6. ‘El PP ha votado a favor de la revalorización de las pensiones‘: Afirmación incorrecta. El PP, ya con Alberto Núñez Feijóo al frente, votó en contra de la reforma que blindaba la revalorización de las pensiones en consonancia con el IPC, en diciembre de 2021, en el Congreso de los Diputados.
7. ‘El pacto de Estado contra la violencia de género lo firmamos todos, salvo Podemos‘: Afirmación incorrecta. El único partido político que ha votado en contra de este pacto es Vox, socio de del PP en diversos ayuntamientos y CC.AA.
8. ‘Entre el año 2018 y 2019 fueron calificadas más de 2.500 viviendas protegidas en Galicia‘: Afirmación incorrecta. Según los datos oficiales, fueron 12 las viviendas calificadas de Protección Oficial en Galicia en esos dos años.
9. ‘Se ha archivado el caso ‘Pegasus’ por falta de colaboración de Sánchez‘: Afirmación incorrecta. El archivo de las diligencias se ha ordenado por la falta de comunicación, y colaboración, del Estado de Israel.

“¿Cuál es su compromiso con Marruecos?” (Alberto Nuñez Feijóo)

Hubo más inexactitudes, pero en estas líneas solo se pretende poner el foco en la forma en la que se hizo, porque el modelo protagonizado, y exportado, por Donald Trump, parece haber sido acogido con entusiasmo más allá de las fronteras de los EE.UU. y en nuestra propia política patria.

En todo caso y a pesar de todo ello, ¿dónde está el Pedro Sánchez que fue capaz de recuperar el poder orgánico en el PSOE tras las acontecimientos vividos en el año 2016?, ¿que pasó de aquel militante de base que recorrió España en su vehículo privado, hasta alcanzar la presidencia del gobierno?.

“Por qué no publica usted sus ingresos reales y sus sobresueldos” (Pedro Sánchez)

Quizás la respuesta a las preguntas anteriores sea la clave de la posible movilización de una parte del electorado socialista que pudiera estar desincentivado ante la participación en las urnas del próximo día 23 de julio. De momento y a la vista del único debate, cara a cara, entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, parece que ‘El síndrome de la Moncloa favorece al aspirante‘.

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