Equus, crítica teatral

27 Oct 2022

Corría el otoño del año 1975 cuando la actualidad teatral española vivió un gran impacto con el estreno de ‘Equus‘, texto de Peter Shaffer publicado en 1973. El montaje incluía un desnudo integral, que finalmente fueron dos, y el régimen, en plena agonía de Franco, terminó por autorizarlo, más allá de la censura aún vigente por entonces, bajo la afirmación de siempre que el personaje masculino muestre su sexo el menor tiempo posible‘ (manteniéndose documentación de ello, hecha pública por la Comunidad de Madrid en el año 2016). Aquella propuesta teatral, de la que formaron parte, entre otros, José Luis López Vázquez, María José Goyanes, Juan Ribó y Ana Diosdado, forma ya parte de la historia de nuestro teatro.

“¿De qué le sirve la tristeza a un caballo?”

Cuarenta y siete años después de aquellas representaciones, vuelve a los escenarios madrileños un nuevo montaje de ‘Equus’, de la mano de Okapi Producciones, con adaptación de Natalio Grueso (ex-director del Teatro Español) y dirección de Carolina África, quienes, en ambos casos, aciertan en su visión acerca del thriller, con influencias en el psicoanálisis, creado por Shaffer. 

cartel

Grueso sabe mantener la esencia de la trama, actualizando muy puntualmente aspectos temporales, como el uso de los móviles, las redes sociales, eslóganes publicitarios, alguna melodía o el recurso de la visita a un local de ‘singles’ e intercambio de parejas. 

“Los padres no son solo padres, son personas con pollas”

Carolina África marca el ritmo apropiado para el desarrollo del argumento, logrando una conseguida secuencia entre las diferentes escenas,  con continuidad en el relato, optimizando la eficaz escenografía diseñada por Bengoa Vázquez, quién, con muy pocos elementos, recrea cada uno de los distintos espacios que se suceden en la trama, en lo cual cuenta con el destacado trabajo de David Martínez en la videoescena, siendo su mejor expresión la escena en la que ‘Alan‘ cabalga a lomos de su caballo preferido…”¡Sigue, ‘Equus’!, ¡galopa, ‘Equus’!”.

escenografía

Adecuadas aportaciones de Sergio Torres en la iluminación, Manuel Solís en el sonido, Andoni Larrabeiti en la coreografía y Lupe Valero en el vestuario, con mención especial a las logradas máscaras que se utilizan para recrear el movimiento de los equinos sobre la escena, que son muy bien utilizadas por el elenco actoral.

“¡Eres mío!, ¡yo soy tuyo! …¡y tú eres mío!”

Equus, crítica teatralHasta la consulta del reconocido psiquiatra Martin Dysart, llega el joven Alan Strang, quien ha cometido un brutal ataque a seis caballos del establo en el que trabajaba, ¿qué le llevó a ello?, ¿qué palpita en el origen de ese arrebato de violencia?, ¿su infancia?, ¿algún trauma?… ‘Dysart‘ se adentra en un proceso que le llevará a una investigación a medio camino entre lo detectivesco y lo psicológico, que terminará por enfrentarle, a él mismo, a sus propios fantasmas, en un proceso de ’revisionismo’ sobre su propia vida, sobre lo que hizo y, especialmente, sobre lo no hecho, que Roberto Álvarez sabe plasmar de forma convincente sabiendo deslizar sus propias reflexiones hasta el patio de butacas, formando un duo protagonista excelente con Álex Villazán, quien ya nos cautivó en el ‘El curioso incidente del perro a medianoche‘, para aquí construir el personaje de Alan Strang de forma magnífica, aprovechando cada matiz, cada complicación psicológica, cada emoción, cada frustración, cada momento de dolor y todo ello con una imponente fuerza expresiva. 

“Yo ya no hago castillos en la arena”

Equus, crítica teatralClaudia Galán sorprende en su interpretación de ‘Jill‘, muy natural y creíble, aportando al buen resultado conjunto de la obra en cada una de sus apariciones, en un estupendo desempeño, componiendo con Villazán una sugerente recreación de la escena de desnudos que marcó la popularidad del espectáculo en sus inicios, pero la trama creada por Shaffer ofrece mucho más allá dentro de sí.

Manuela Paso (Doña Rosita, anotada, El hombre almohada, Top girls, La noche de las tríbadasAntígona), desempeña, con su habitual solvencia, dos papeles, por una parte el papel de la jueza que lleva a ‘Alan‘ hasta ‘Disart‘, en varias escenas en las que compartirá una copa con éste, mientras conversan sobre la evolución del caso, en las que el psiquiatra hablará cada vez más de sí mismo, y menos del joven; y por otro lado interpreta a ‘Dora’ la madre ultra religiosa de ‘Alan‘. Completa el elenco Jorge Mayor (El médico de su honra, Antígona), en el papel de ‘Frank’, el padre ausente para quien es más fácil adoctrinar a su hijo que ejercer la ejemplaridad hacía él.Equus, crítica teatral

“¡Ya no volverás a galopar!”

Espectáculo muy equilibrado, en una acertada recreación de la obra que se hizo famosa hace casi 50 años, que mantiene intacto su interés a pesar del paso del tiempo, en una versión que actualiza algún elemento puntual, respetando la trama original, puesta en escena con eficacia y el ritmo adecuado, y que cuenta con unas interpretaciones destacadas, que hará las delicias del público más exigente, dejándose llevar por el galope de una historia bien contada que atrapa desde el minuto uno. Más que recomendable reencuentro con ‘Equus’, hasta el 27 de noviembre, en el Teatro Infanta Isabel.

 

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