Aroma a tamayazo

31 Ago 2023

Tras la publicación de los resultados de las elecciones generales celebradas en España el 23-J, ya se ha marcado la fecha para el debate del primer intento de alcanzar la investidura, que exige contar con el suficiente apoyo parlamentario del Congreso de los Diputados, compuesto por 350 señorías, cuya mayoría absoluta se alcanzaría con 176 votos en primera votación o más síes que noes en segunda votación.

Será el líder del partido político que obtuvo mayor número de diputados, Alberto Núñez-Feijóo, del PP, quien protagonizará ese intento los próximos días 26 y 27 de septiembre.

Los políticos luchan por el poder” (Max Weber)

Es habitual escuchar a cualquier político expresar que su motivación para estar en esa actividad es su ‘vocación’ de ‘servicio público’ intentando cambiar las cosas, ‘a mejor’, para priorizar el bien común, sin embargo un escéptico como Max Weber, sociólogo con un marcado sentido antipositivista, utilizó muchas menos palabras para definir el estímulo que anida en cualquier profesional de la política: ‘Los políticos luchan por el poder‘, una evidencia que junto con las afirmaciones de Louis Dumur de ‘La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirva a ellos‘ y de Edmond Thiaudière de ‘La política es el arte de disfrazar de interés general el interés particular‘ sitúan, aún de forma amarga y con tintes cínicos, la actividad de la ‘Res pública‘, haciendo necesario poner un toque de humor y sarcasmo, como realiza Groucho Marx, nada exento de tino, al aseverar que ‘La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados‘ (quizás, además, a sabiendas). Aunque no debemos perder el foco y a pesar de todo, reseñar que en la democracia el absentismo político incuba lo que definía Arnold J. Toynbee como ‘El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan‘. Obsesionarse no, pero desinteresarse por lo que sucede, o puede suceder, tampoco.

La política es el arte de disfrazar de interés general el interés particular” (Edmond Thiaudière)

En las pasadas elecciones del 23-J en España fueron, según el INE, 1.639.179 los nuevos votantes con derecho a voto con 18 años cumplidos, todos los cuales, incluso los que participaron con 19 o 20 años, no habían nacido cuando, el 30 de junio de 2003, se produjeron los hechos históricamente conocidos como el ‘Tamayazo‘, en el seno de la Asamblea de Madrid, cuando tras haber obtenido el PSOE la victoria electoral con 55 diputados autonómicos, por 47 del PP y 9 de IU, fracasó la investidura a favor del representante socialista electo, debido a que dos de los parlamentarios elegidos bajo las siglas del PSOE, Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez, se abstuvieron, poniendo a buen recaudo sus días más allá de la política, lo que precipitó la repetición electoral y las sucesivas victorias ‘populares’ que llegan hasta nuestros días en la autonomía madrileña. 

«El mayor castigo para quienes no se interesan por la política es que serán gobernados por personas que sí se interesan (Arnold J. Toynbee)

Hoy, aún, no está reconocido el término lingüístico ‘tamayazo‘ en la RAE, pero no es descartable que en un futuro sea incluido como descriptivo de una determinada forma de hacer.

Alberto Núñez Feijóo, tras las tomas de posición públicas realizadas por los portavoces de Vox, UPN y Coalición Canaria, cuenta ya con 172 apoyos parlamentarios para su investidura, y está, tan solo, a cuatro escaños de conseguir ser presidente del gobierno de España, y tener en sus manos la capacidad normativa del BOE para dar forma a sus intereses y compromisos. 

¿Es imposible alcanzar el rubicón de los 176 apoyos para Alberto Núñez Feijóo en su investidura?.

¿Es imposible alcanzar el rubicón de los 176 para el líder popular?. De momento ha establecido una clara diferencia con su antecesor, también gallego, Mariano Rajoy, quien ha pasado a la historia de España como el primer encargado por el jefe del Estado en aglutinar una mayoría parlamentaria para gobernar, en rechazarlo. Claro que éste ya había desempeñado el cargo incluso con mayoría absoluta. Donde hubo caviar se hace duro comer mortadela. Pero el objetivo de alcanzar el poder, por primera vez, hace que cualquier cosa sea posible para el Sr. Núñez Feijóo, incluso convencer a algunos de los socialistas menos empáticos con Pedro Sánchez, aún con el peligro de que años después se sigan cumpliendo las palabras de Alfonso Guerra: ‘Quien se mueva, no sale en la foto‘, pero claro, todo tiene que ver con la motivación que a cualquier acto incita.

Pero sin duda en la política de España el tradicional eje, derecha/izquierda, se ha diluido hasta extremos insospechados, haciendo que formaciones identificadas como conservadoras, por no decir de derechas, como los antiguos convergentes, huérfanos de su ex-todopoderoso Jordi Pujol, o los peneuvistas hoy liderados por el, a la vez teórico, al tiempo que pragmático, Andoni Ortuzar, con el que no terminan de estar alineados, al 100%, ni el lehendakari Íñigo Urkullu, ni al actual CEO de Repsol y sucesor de Xabier Arzalluz al frente del Euzkadi Buru Batzar entre 2004 y 2007, Josu Jon Imaz, sean capaces de alinearse políticamente tanto con una mayoría parlamentaria de izquierdas como de derechas, tal como ambas formaciones han acreditado a lo largo de su historia, con presidentes del gobierno, de diferentes colores políticos, como José María Aznar, Maríano Rajoy, José Luis Rodriguez Zapatero o Pedro Sánchez.

Tanto el PNV como las fuerzas representativas de los antiguos convergentes catalanes han sido, históricamente, capaces de alinearse en mayorías parlamentarias tanto con PP como con PSOE.

El portavoz parlamentario del PNV, Aitor Esteban, repite una y otra vez que sus intereses tienen que ver con lo que él llama la agenda vasca, que no es otra cosa más que engrosar las competencias autonómicas hacia aquella administración, con el ripio maquiavélico de que el próximo año, 2024, hay elecciones en Euskadi, en un entorno electoral en el que EH Bildu les ha superado en apoyos de la ciudadania vasca. Tienen que distanciarse de la formación liderada por Arnaldo Otegui, sabiamente representada en Madrid por Óskar Matute y Mertxe Aizpurua, con lo que cualquier golpe de efecto no es descartable.

Finalmente Carles Puigdemont, quiera él o no, representa la otra posible muletilla de Alberto Núñez Feijóo para concitar 176 escaños en su investidura. En vista de lo sucedido en los últimos años, especialmente desde 2017 para acá, parece sino imposible, sí improbable, pero debemos recordar que se trata de política y que tal como afirmó otro gallego popular como Manuel Fraga: ‘La política hace extraños compañeros de cama‘, cita que rescató del uso que le daba Winston Churchill a ‘Politics makes strange bedfellows‘, que a su vez procedía de una afirmación de William Shakespeare en una de sus geniales obras teatrales cuando uno de sus personajes dice: ‘La miseria pone en contacto a un hombre con extraños compañeros de cama‘. Si el precio que se pone encima de la mesa es el adecuado para Carles Puigdemont y sus intereses, su apoyo llegará, más allá de todo lo que haya pasado, sobre todo teniendo en cuenta su inmediato futuro y sus necesidades.

La política hace extraños compañeros de cama” (afirmación tanto de Manuel Fraga, como de Winston Churchill)

Nos quedan unas semanas para esa sesión de investidura de Alberto Núñez Feijóo, quien venció en las elecciones generales del 23-J en España, pero sin obtener los resultados que los sondeos, quizás interesados, le daban. El ambiente está perfumado, de nuevo, con aroma atamayazo’.

 

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Comentarios

  1. Pedro Cano dice: agosto 31, 2023 at 9:53 am

    Exposición más que adecuada. Me cuesta llegar a pensar en que los niveles de corrupción que siempre acreditó el PP alcancen a proponer/negociar/alcanzar un nuevo tamayazo. En definitiva, es tan lícito como podrido por parte de todos los involucrados. La democracia permite todo tipo de convenios con cualquier grupo que hubiera alcanzado escaño. Lo peor de la situación actual es que pudiera llegar a gobernar un personaje sin atributo intelectual alguno quien, además, como comentó alguien del PSOE, pasa de proponer la «derogacion del sanchismo» a solicitar a Sánchez favor. Parece que esta es la España que el pueblo manifiesta en las urnas. Habrá que respetarlo, pero en mi cerebro deja una muy triste impresión.

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