Ser o no ser

06 Sep 2023

Esta célebre dicotomía planteada por Shakespeare en el conocido soliloquio del personaje de Hamlet (en la famosa obra del mismo título) forma parte esencial en el proceso de decisión de innumerables tomas de postura que miles de personas, a lo largo del mundo, realizan de continuo, cada día, cada hora, cada minuto e, incluso, cada segundo.

Por supuesto que no todas las decisiones que se adoptan están impregnadas de la misma gravedad, o importancia, pero en el caso de las que sí lo sean, mucho tendrá ver el sentido de la resolución adoptada con quien quiera ser el protagonista del fallo o sentencia. Siendo primordial cómo, o de acuerdo a qué, quiera ser recordado.

Cómo querer ser recordado

Ser o no serLa política en general, tanto en España, como en el resto de los países, está más alineada, y extrema, en sus planteamientos, que en las décadas anteriores, lo cual dificulta la conformación de espacios comunes en los que puedan caber diferentes sensibilidades, cualquier sentimiento, o identidad, reclama su hueco en lo publico, lo cual limita la representación del caso general, o mayoritario, hasta llegar a ser minusvalorado. El ejemplo de los los 96.175 votos que son necesarios concitar en la circunscripción electoral de Madrid, para conseguir un escaño, frente a los 23.449 en la de Soria para el mismo fin, ilustra la esencia del argumento anterior.

La composición del Congreso de los Diputados que, en las próximas semanas, tendrá que decidir sobre las posibles investiduras de Alberto Núñez Feijóo, en primer término como vencedor de las elecciones del 21-J  y, presumiblemente, de Pedro Sánchez a continuación, expone con claridad la importancia de las minorías, convertidas en clave de bóveda de la articulación de las posibles mayorías parlamentarias.

Un escaño por Madrid, al Congreso de los Diputados, exige 96.175 votos, mientras que ese mismo escaño por Soria se consigue con 23.449 votos

Hace unos días publicábamos el artículo ‘Aroma a tamayazo‘ donde reseñábamos que, al margen de los efectos colaterales de la ingeniería parlamentaria, tanto PNV, como Junts (o lo que queda de los antiguos ‘convergentes‘), podrían apoyar tanto una mayoría conservadora, alrededor del PP, como una progresista, con el eje en el PSOE, siempre que lo que obtuvieran a cambio les beneficiara en sus respectivas hojas de ruta.

Ser o no serAyer, 4 de septiembre, la noticia del día se articuló a través de la fotografía de la reunión entre la actual vicepresidenta segunda del gobierno de España, Yolanda Díaz, con Carles Puigdemont, sobre quien pesa una orden de detención emitida por el Tribunal Supremo, a consecuencia de la cual el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) tiene adoptada decisión, del 5 de julio pasado, de retirar la inmunidad parlamentaria que le corresponde. Nada limita la capacidad de negociación de cualesquiera formaciones políticas, también, naturalmente, entre Junts y Sumar, pero que quienes protagonicen ello sea una vicepresidenta del gobierno de España y, precisamente, un prófugo de la Justicia del país a que representa, supone un hecho, y un ejemplo, que se debería evitar.

Tanto PNV, como Junts (o lo que queda de los antiguos ‘convergentes’), podrían apoyar tanto una mayoría conservadora, alrededor del PP, como una progresista, con el eje en el PSOE, siempre que lo que obtuvieran a cambio les beneficiara en sus respectivas hojas de ruta.

PuigdemontHoy, 5 de septiembre, el Sr. Puigdemont ha realizado unas manifestaciones públicas, desde Bruselas, a través de las cuales, según sus propias palabras, ha fijado la posición de su formación ante una previsible negociación política para la investidura del presidente del gobierno de España, la cual no limita al PSOE, sino que de forma expresa, ha ampliado a las dos fuerzas mayoritarias, lo cual incluye al PP.

La amnistía para todos los imputados en la causa conocida como el ‘Procés’ y la declaración de independencia del 1 de octubre de 2017, y el acuerdo para una consulta pactada son los puntos centrales, exigiendo garantías sobre los mismos de manera previa a cualquier inicio de negociaciones, al tiempo que proclama la no renuncia a la unilateralidad.

Ser o no serSer o no ser

Hasta aquí lo que sabemos. A partir de aquí se abren posibles escenarios en los que sus protagonistas deben enfrentarse a sí mismos, bajo el tamiz de la cuestión deslizada por Shakespeare en Hamlet. Ser o no ser. ¿Cómo querer ser recordado?.

La política es política y tiene un legítimo componente de ambición, pero el chantaje es otra cosa y nunca debería ser un problema para una democracia acudir, de nuevo, a las urnas.

 

 

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