Protocolo del quebranto, crítica teatral

05 May 2024

El ciclo de ‘Teatro y Derechos Humanos‘ alcanza su segunda edición, de nuevo con sede en el Teatro Fernán Gómez, de Madrid, y lo hace con la programación de dos obras, ‘Protocolo del quebranto’ (hasta el 5 de mayo) y ‘El largo camino’ (del 9 al 19 de mayo), que quieren hacer presente, y dar voz, a quienes sufren, en estos tiempos de nuestra contemporaneidad, el drama de la guerra, con las terribles consecuencias generadas a seres humanos del siglo XXI, como nosotros, que habitan unos territorios que forman parte de nuestro continente, a unos simples miles de kilómetros de nuestros lugares de residencia.

“No todos los días hay una guerra, no podemos perder el tiempo”

Esta propuesta se inició con un proyecto de investigación realizado sobre el terreno, visitando Ucrania, para conocer los detalles del gran drama que allí se vive, y con la participación de personalidades de los campos del derecho, la política, el periodismo y la filosofía, a fin de presentar las claves de una realidad tan cruda como la que, de nuevo, atraviesa nuestro mundo. El proceso de investigación ha continuado en mesas de trabajo en España de las que han participado, entre otros, Manuela Carmena, Baltasar Garzón, Dolores Delgado, Montserrat Dominguez o Rosa María Calaf, por citar solo a algunos de ellos.

“Siempre me obligas a hacer lo que no quiero”

Desde el Laboratorio Galdós impulsado por el Gobierno de Canarias, se inició este proyecto de la compañía teatral ‘Unahoramenos‘ coproducido junto al Teatro Pérez Galdós, con el patrocinio del propio gobierno autonómico, el Cabildo de Gran Canaria, el Instituto Canario de Desarrollo Cultural y el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, además de la colaboración del Ayuntamiento de Agüimes. Impulso público parece que no le ha faltado a esta interesante, y oportuna, iniciativa, que, finalmente, llega a programarse sobre la escena madrileña en un teatro dependiente del consistorio de la ciudad de Madrid.

«A ver si hay suerte y una bala me atraviesa el craneo”

La puesta en escena, especialmente en su primera mitad, nos retrotrae, mucho, a la conocida pieza de Bertolt Brecht, ‘Madre Coraje y sus hijos’. Aquí también un pesado carruaje arrastrado por los territorios canibalizados en la contienda, es el elemento principal en la escenografía y en la trama, habiéndose trocado los personajes de ‘Anna Fierling’ y ‘Katerina’, su hija muda; en ‘Creck’ y ‘Nadia’, él es un ventajista, en los negocios y en la vida, ella una víctima, con vínculo familiar o sin él, y cada noche es requerida a calentar las sábanas que comparten y las carnes de su tirano, desahogando su lujuria, si la borrachera del día se lo permite; luce una deformidad en la cara y lleva la pena marcada en cada uno de sus actos. Éstos y aquellos, se dedican a la venta de todo lo que pueden, a todos quienes algo les pagan, se trate de lo que se trate, también de un poco de agua, la clave está en la necesidad del demandante de cualquier bien. 

“La guerra nunca es fea”

En el texto de ‘Madre Coraje y sus hijos’ la protagonista afirma: “No dejaré que me hablen mal de la guerra / Dicen que destruye a los débiles / pero esos revientan también en la paz / Lo único que pasa es que la guerra alimenta mejor a sus hijos”, y en esta pieza ‘Crezk’ proclama: “La guerra nunca es fea”; es el sustento de su vida y esa es la clave, tanto en la dramaturgia empleada por Brecht, como en la aquí creada.

“¡Bienvenido al infierno!”

Un tercer personaje irrumpe en la trama. Se trata de ‘Luján’, un fotoperiodista que cubre el conflicto bélico, quien llega, gravemente herido en una pierna, hasta las cercanías del territorio de «Osel«, donde además del frio y la desesperanza, reina la voluntad absoluta de ‘Crezk’ o, al menos, eso cree él. Pero cualquier catástrofe o tragedia tiene sus propias normas y bajo su manto de dolor y barbarie, déspotas y víctimas se confunden, e intercalan sus roles, todo depende de la ventaja que unos u otros acumulen sobre los demás.

“Cuidaré de ti. No tienes que preocuparte. Yo no soy ese animal”

En un paréntesis de la trama se escenifica la entrega de un galardón periodístico a ‘Luján’ por el crudo testimonio que ha sido capaz de llevar hasta la civilización, en una gala en la que todos se solidarizan con los que sufren mientras hacen negocio con el relato de lo que sucede. ¿Quién está detrás de la guerra?, es evidente que todos aquellos que sacan partido de ella.

“Mirarse en un espejo es un acto heróico”

Pero volvemos a la paranoia, con la inmersión, de nuevo, en la atmósfera agobiante, creada con acierto y gran verosimilitud por el autor del texto y director de la propuesta, Mario Vega, quien también es responsable de una escenografía, que recrea la guerra y sus consecuencias. Adecuadas aportaciones de Ibán Negrín en iluminación, Julio Tejera en espacio sonoro y Nauzet Afonso en vestuario.

“La peor condena es haber sobrevivido”

‘Luifer’ Rodríguez (‘Crezk’), Marta Viera (‘Nadia’) y Mingo Ruano (‘Luján’) son sometidos a un autentico calvario, soportando una potente tormenta que descarga una gran cantidad de agua sobre ellos y toda la escenografía, lo cual no hace sino incidir en el sufrimiento que se opta por poner en el foco desde el principio, aunque las mayores cotas de crudeza no son aportados desde la escena como resultado de la propuesta, sino en los elementos que se exhiben en la exposición realizada en el hall del Fernán Gómez CCV,  con  ocasión de esta II edición de Teatro y Derechos Humanos,  especialmente en los videos de personas reales que están sufriendo las consecuencias de la guerra y las comparten, mirando a la cámara, en primera persona, alguno de cuyos pasajes es recreado en la pieza teatral pero sin alcanzar la demoledora credibilidad de unos ojos que han visto el terror de cerca. Espanto a las puertas de nuestra confortabilidad. 

“Todo es gris, el gris me persigue”

Encomiable esfuerzo presupuestario desde la esfera de lo público, que esperamos tenga continuidad, aunque con una mayor exigencia desde el resultado artístico, incluida la originalidad. Es oportuna la reflexión y el proceso de investigación sobre una realidad que inunda nuestro mundo, pero, finalmente, se trata de teatro y de un espectáculo a ofrecer a los espectadores.

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