Isla, crítica teatral
24 Oct 2023
La Sala Jardiel Poncela del Teatro Fernán Gómez, de Madrid, se ha visto inundada por 12.000 kilos de arena blanca, con sus gradas desterradas, sustituidas por unos pocos bancos de madera, cojines sobre las dunas y alguna silla para los visitantes que requieran mayor comodidad; siendo colonizada por una tribu de diecinueve indígenas procedentes del paraíso, justo del lugar en el que no hay prisas y los planes se limitan a hacer en cada momento lo que corresponde, sea dormir, comer o simplemente observar la naturaleza.
“Los ‘papalagi’ vienen a visitarnos”
Quienes lleguen hasta tan singular lugar, participarán de una asamblea que hay convocada en tan paradisiaco paraje, en cónclave para decidir sobre la invitación que han recibido por parte de miembros de la llamada civilización, llegados a lomos de briosos mecanismos, que llaman helicópteros, a fín de pasar a integrarse con ellos. Por ese motivo, con ojos de antropólogo y todo el sentido común del mundo, analizarán lo que se les ofrece y deberán decidir si continuar con su pacifica existencia en su edén particular o unirse en el mundo más avanzado de los ‘papalagi‘, con su tecnología, sus herramientas y recursos para casi todo, pero imbuido de masificación, prisas, vayas donde vayas, y una competitividad, casi enfermiza, que roza la violencia en las relaciones entre unos individuos y otros.
“En el mundo civilizado hay pocos que tienen mucho, …y muchos que tienen poco”
La transversalidad también afecta a indígenas y ‘papalagi’, y el amor compone una pareja entre ambos colectivos, la resolución se verá afectada no solo por la racionalidad, sino también por lo emocional. La historia del mundo.
“Al final el gran espíritu es una araña (internet)”
Lo más destacado de la propuesta es el empeño y entusiasmo arrollador que aporta el extenso elenco de diecinueve interpretes, agrupados y enfocados para la causa desde la ONG ‘Caídos del Cielo’, dedicada a hacer propuestas teatrales con personas en riesgo de exclusión y especial vulnerabilidad, porque ‘el teatro puede‘, quienes son capaces de contagiarnos su vitalidad y alegría, ellos son: Rocío Agost, Mariu del Amo, Alberto Cavero, Carmen Céspedes, Juan Cruz Guerra (Juantxo), Pedro Fajardo, Charo Gabella, Julio Gil Gómez, Teresa de la Hera, Amaury Millán, Daniela Millán, Esther Mora, Marta Navas, Magali Parra, Rober Ruiz, Sonia Sánchez, Ana Sánchez Cano, Josep Segarra/ Kike Munsa y Semilla.
“Poder es, no comprar solo cosas, sino también personas”… “Acepto cualquier moneda”
La dramaturgia de este espectáculo la firma Paloma Pedrero, quien también participa en la dirección junto a Pilar Rodríguez. Adecuadas aportaciones de Alessio Meloni en la escenografía, Ana Moreno en el vestuario, Juan Gómez-Cornejo en la iluminación, Ana Sánchez Cano y Alejandro Macía en música original y espacio sonoro, con coreografía de Elena López Nieto.
“Ésto es lo que estamos haciendo ahora: Teatro”
Al acceder a la sala, los ‘indígenas’ nos reciben bajo el sonido de ritmos musicales étnicos, saludándonos, uno a uno, con las palabras ‘tonga soa’, expresión procedente del idioma malgache que nos da la ‘bienvenida’, acompañada de un collar de vivos colores, conocido como ‘lei‘, que nos invita a dejar nuestras preocupaciones más allá de sus límites, marcando ya el ambiente festivo que, al margen de la reflexión a la que nos invitan, se mantendrá durante toda la estancia en esa evocadora playa. Interesante ejercicio, tanto desde el aspecto puramente teatral, como por el mensaje de integración que desliza y en el aspecto filosófico que sugiere, sobre a dónde vamos con nuestro contemporáneo ritmo de vida. Hasta el 29 de octubre esta playa estará disponible en el Teatro Fernán Gómez.
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