No es país para justos

05 Mar 2017

Érase una vez, el último día de noviembre del decimotercer año del siglo XXI, en un montañés pueblo de la Val d’Aran, a 1.200 metros de altura sobre el nivel del mar, cuando una pertinaz víctima, residente en la parte baja de Salardú, decidió salir de su casa, para, haciendo uso de la vía pública, mantenida con fondos de todos los ciudadanos, también de ella, realizar la compra de los víveres y necesidades del día a día, para que, a veinte metros de la puerta de su casa, dentro del casco urbano de la localidad desde la que hace varios años forma parte, fracturarse el maleólo debido a que, al margen de la nevada que caía ese día, la vía pública no había sido limpiada de la primera nevada de ese invierno, caída el fin de semana anterior, seguramente porque la temporada oficial de nieve no había comenzado todavía, y los turistas, aún, no habían llegado.

Érase una vez, el último día de noviembre del decimotercer año del siglo XXI, en un montañés pueblo de la Val d’Aran.

justosLo cierto es que nuestra protagonista, segura y convencida de su decisión, de sus planes y de su treta, había llamado minutos antes al “Ajuntament de Naut Aran” solicitando la limpieza de la vía pública, haciéndoles ver que el verdadero peligro de la vía pública estribaba en el hielo acumulado desde hacia siete días, y no por la propia nevada de ese día, lo cual no la arredró, hasta finalmente conseguir partirse el maleólo, logrando tener coartada para solicitar servicios de urgencia a través del teléfono 112 y hacer que los bomberos tuvieran que subir hasta la puerta de su propia vivienda para rescatarla de tan insospechado lugar, teniéndola que hacer deslizar una camilla, anclada con arneses, sobre la que la evacuaron, porque la vía pública estaba en estado impracticable, a pesar de las obligaciones que las Leyes vigentes exigen a los municipios para su adecuado mantenimiento, que permita el uso del común de los ciudadanos, especialmente recogido en el artículo 106.2 de la Constitución Española, así como en el 139 y siguientes de la Ley de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y Procedimiento Administrativo común 30/92, de 26 de noviembre, que obliga a éstas a indemnizar toda lesión que sufran los particulares en cualquiera de sus bienes ó derechos, debido al funcionamiento no adecuado de los servicios públicos.

La Constitución Española exige a los municipios un adecuado mantenimiento y limpieza de sus vías públicas, que permita el uso del común de los ciudadanos.

justosNuestra intrépida protagonista, tuvo que ser operada, de urgencia, en el hospital de Viella, recibir sesenta sesiones de rehabilitación y hacer uso de una silla de ruedas para desplazarse durante cuarenta y cinco días, para finalmente ser dada de alta tras ciento treinta y dos días después de los hechos descritos, durante los cuales no pudo dedicarse, ni atender sus obligaciones profesionales, lo cual no ha sido óbice para que la jueza Doña Alejandra Esteban Aruej, titular del Juzgado Contencioso Administrativo nº 1 de Lleida (sentencia 42/2017 del procedimiento abreviado 278/2015), haciendo uso de su interpretación de la Justicia, entienda, perspicazmente, que la víctima fué realmente el origen del problema, por lo cual no cabe ninguna indemnización por parte del Ajuntament de Naut Aran, a pesar de que el accidente se produjo porque no se había limpiado la zona de la vía pública, dentro del propio casco urbano de Salardú, por encontrarse el “Ajuntament” desbordado, lo cual no fue óbice para que las calles circundantes al propio edificio municipal si estuvieran limpias y sin riesgos de padecer caídas tan lamentables como la que nuestra protagonista sí sufrió, siendo al entender de la señora jueza, a la vez, víctima y responsable del percance.

España no es país para justos.

Este bonito cuento, blanco y helado, ha tenido este final, pero sin duda hubiera sido otro si los hechos descritos hubieran sido parte de los hitos del Sr. Pujol, del Sr. Blesa, del Sr. Rato …o del Sr. Urdangarin (todos ellos habituales visitantes de estos parajes araneses), porque de lo que no cabe duda es que la señora jueza Esteban Aruej está perfectamente alineada con la jerarquía del poder judicial del que podemos disfrutar en este Estado llamado España, que, quizás, no es país para justos.

Artículo publicado en «El Confidencial Digital» (@ecd_) el 08/03/2017: http://www.elconfidencialdigital.com/opinion/la_voz_del_lector/pais-justos_0_2888111163.html?utm_term=No%20es%20pais%20para%20justos&utm_campaign=Mario%20buenos%20d%EDas%20tu%20bolet%EDn%20diario%20de%20El%20Confidencial%20Digital&utm_content=email&utm_source=Act-On+Software&utm_medium=email

Artículo publicado en @elespanolcom el 09/03/2017: http://www.elespanol.com/blog_del_suscriptor/opinion/20170308/199300072_7.html

Artículo publicado em @elperiodico el 13/03/2017, retitulándolo como «Accidente por nieve en Vall d’Aran»: http://www.elperiodico.com/es/entre-todos/participacion/accidente-por-nieve-vall-daran-120440

Artículo publicado en @_infoLibre el 15/03/2017: http://www.infolibre.es/noticias/club_infolibre/librepensadores/2017/03/15/no_pais_para_justos_62667_1043.html

Artículo publicado en @SEGREcom (Diario Segre) el 19/03/2017: No es país para justos_SegreCOM

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Comentarios

  1. Retuiteo a Carol

    Jajaja claro !!!! A quien se le ocurre delinquir contra la vía pública !!!

    Un abrazo

    • Gracias, Nacho, por tu nuevo comentario y participación en este blog, http://www.traslamascra.com. En este tema, nueva demostración de como actúa la Justicia en este país (desde luego, no con los ojos tapados, como en su icónica imagen), he intentado hacer una descripción de los hechos con ironía, porque de otra manera es imposible. Un abrazo.

  2. A la protagonista de este bonito cuento blanco y helado la conozco bien, y si algo no es, es imprudente o alocada, y aún ahora, me consta que sigue «incordiando» al Ayuntamiento cada vez que nieva, para solicitar que expandan sal por la calle, con resultado no siempre positivo. Claro que a la vista de la sentencia, el Ayuntamiento no debe de estar demasiado preocupado por las consecuencias que le puedan traer incidentes como el sufrido por nuestra «intrépida y arriesgada vecina». Vivir para ver.

    • Gracias, Carmen, por tu comentario y participación en este blog. La protagonista de este bonito cuento, blanco y helado, se enfrento a las contingencias de la manera de que mejor pudo y se vió abocada a una desagradable lesión física que le costó más de 132 días superar, y ante su solicitud de responsabilidad a las autoridades se encontró con el «encogimiento de hombros» del señor alcalde, representante de todos los vecinos de Salardú, sugiriendo canalizar dichas quejas a través de la Justicia, para encontrar una jueza, que argumentando el derecho de los ciudadanos a deambular por calles limpias y seguras, según prevé la Constitución Española y las Leyes vigentes, finalmente regatea todo el sentido común y desestima la demanda por considerar que el Ayuntamiento estaba desbordado, lo cual no le impidió que las las calles que daban acceso a su sede sí estuvieran limpias, tanto de la propia nevada del 30 de noviembre de 2013, como de la de una semana antes, no limpiada de forma totalmente imprudente y que fué la verdadera causa del accidente, una vez convertida esa nieve no retirada en su momento, en hielo. Un nuevo ripio de la Justicia en este país, a la que si algo caracteriza es «no ser ciega». Besos.

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