Los secuestradores del lago Chiemsee, crítica teatral

01 Mar 2022

El lago Chiemsee es un lugar de turismo interno alemán, donde los ciudadanos residentes en la cercana ciudad de Munich disfrutan de un esparcimiento a pocos minutos en coche de la cotidianidad de sus vidas. Y ese lugar burgués es del que toma título el texto creado por Alberto Iglesias a partir de lo que le sugirió la noticia, leída en ‘El País” en marzo de 2010, sobre cuatro jubilados alemanes de edades comprendidas entre los 61 y 80 años, que fueron condenados a penas de cárcel por las extorsiones ocasionadas a su ex-asesor fiscal, tras las perdidas financieras que les generó seguir sus consejos, en junio de 2009, consecuencia de los cuales fueron la desaparición de ‘sus ahorros de toda la vida’. Sin duda un editorial de lo vivido alrededor de la crisis financiera y económica explosionada tras la caída de Lehman Brothers a lo largo y ancho del planeta Tierra.

Los secuestradores del lago Chiemsee, crítica teatral

“¡Llegará un día en que todos perderemos la memoria!”

La realidad de los hechos ocurridos suena sugerente, pero el desarrollo del texto de Alberto Iglesias recorre una senda algo ‘naif’ que hurta los puntos más interesantes de ser tratados y expuestos, especialmente el como se llegó a esa decisión colegiada y como fue el proceso para llegar a ella. Contra eso se introduce en la trama un juego de infidelidades que la convierte un producto a medio camino entre la película cinematográfica ‘Cocoon’ y algún episodio televisivo de series como “Las chicas de oro” que, a pesar de todo, sirve para el lucimiento de los protagonistas, donde están estupendas, especialmente, Vicky Peña y Gloría Múñoz, así como el veteranísimo Manuel Galiana, además de Helio Pedregal y Juan Calot, que componen el elenco, junto al propio dramaturgo.

“¡Todo lo que nace …muere!”

Mario Gas dirige la propuesta con pulcritud, aún abusando en exceso del recurso del fundido a negro para el mecanismo que hace aparecer, y otras tantas veces desparecer, el sótano donde está recluido el ínclito asesor fiscal en el cautiverio al que le someten sus más que sexagenarios secuestradores.

Los secuestradores del lago Chiemsee, crítica teatral

Sebastià Brosa y Silvia de Marta componen una detallada escenografía que recrea la casa de campo donde transcurre la trama, sin que falte ningún detalle, con el punto a mejorar de una recreación más ligera, y ágil, del sótano ocupado por la víctima del secuestro. Eficaces aportaciones de Paco Ariza en la iluminación, Antonio Belart en el vestuario y Orestes Gas en la composición musical y espacio sonoro.Los secuestradores del lago Chiemsee, crítica teatral

“Te acostumbras tanto a la mentira que el engaño se convierte en verdad”

Una propuesta amable, producida por Barco Pirata y Rokambolescas, que nos da la oportunidad de disfrutar de unos grandes actores, curtidos en mil batallas sobre las tablas, que siguen siendo capaces de, por sí mismos, llenar una sala y dejar satisfechos a sus incondicionales, en un formato digno y cuidado. No hay grandes sorpresas, pero mucho del público que acude a ver esta obra obtiene lo que fue a ver, con sus expectativas cumplidas y satisfechos, algo que siempre pasó, pasa y seguirá pasando en este mágico espectáculo que es el teatro.

 

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