El principio de Arquímedes, crítica teatral

18 May 2022

El matemático y astrónomo Arquímedes de Siracusa (287 a.c. / 212 a.c.) es el autor del principio físico que define que «un cuerpo total o parcialmente sumergido en un fluido en reposo experimenta un empuje vertical hacia arriba igual al peso del fluido desalojado» conocido con su propio nombre, que es materia fija que forma parte de la educación de cualquier niño o adolescente en el mundo.

El principio de Arquímedes, crítica teatral

Josep María Miró es el dramaturgo de un montaje que ya obtuvo el reconocimiento del aplauso de público y crítica hace diez años, que ahora vuelve a ser representado, dirigido por él mismo, sobre la escena del Teatro Quique San Francisco, de Madrid, utilizando el famoso principio físico para titular esta interesante propuesta teatral en la que el espectador es obligado a tomar partido sobre lo que sucede en la trama, como si de un debate se tratase, todo ello a consecuencia de que ‘un cuerpo extraño choca contra una masa fluida y provoca repulsión o expulsión”.

“¿Qué ha pasado con Alex?”

Nos encontramos en una piscina, dirigida por Ana, mujer en la cuarentena de edad, que tiene contratados a dos entrenadores, ambos hombres sobre los veinte años, allí dos grupos de niños aprenden, primero a tener autonomía en el agua y finalmente a nadar; los más pequeños forman el grupo identificado como “Caballitos de mar” dirigidos por Javi, mientras que Héctor se ocupa del grupo de los más mayores.

En la normalidad del día a día y lo convencional, surge el conflicto, un niño siente miedo ante el agua y Javi, su entrenador, le quiere transmitir confianza a través de un abrazo y un beso.

El principio de Arquímedes, crítica teatral

“Le has abrazado y le has dado un beso… ¡de eso se han quejado!”

Ese episodio se convierte en la sospecha de lo que no se vió, e incluso una niña del otro grupo dice que el beso fue en los labios del niño.

Entre los padres crece la desconfianza, exigen aclaraciones y al no obtener lo que entienden necesitar, se precipitan las acusaciones, el cuestionamiento sobre el entrenador y las presiones sobre la piscina y todo lo relativo a ella. Las dudas anidan entre el propio compañero de Javi, Héctor, y también en Ana, la directora. Nada volverá a ser como fué …a pesar de que, quizás, no pasó nada.

“¡Nadie te va a preñar nunca, con esa cara de amargada que tienes!”

El principio de Arquímedes, crítica teatralArgumento muy de actualidad, quizás incluso más en este contemporáneo 2022 que hace diez años, cuando se escribió. Nunca antes se dió carta de naturaleza a hechos de los que no haya pruebas sobre que hayan sucedido. Las redes sociales son elementos esenciales en la comunicación de este tiempo, pero lo que se publica en ellas no supone que se atengan a la verdad, ni  por ser publicados supongan que sean ciertos.

Miró acierta con el ritmo dramático con el que recrea su propia pieza de dramaturgia, recurriendo a la repetición de ciertos pasajes para aportar diferentes visiones de un mismo hecho, con el recurso de ir moviendo los ligeros elementos de atrezzo que recrean el vestuario de la piscina (dos bancos, soportes de perchas, etc…) de la escenografía diseñada por Fer Muratori, siempre en giros de 90 grados en el sentido de las agujas de un reloj.

“Cuando eres padre no puedes, nunca, bajar la guardia”

Entre las interpretaciones destaca la prestación de Pablo Béjar (El vergonzoso en palacio) en el papel de Javi, al que dota de gran naturalidad, desenfadado y divertido al inicio, para mostrarnos su vulnerabilidad cuando los acontecimientos se precipitan. Junto a él Ana Belén Beas (Ana), Guillermo López (Héctor) y Alejandro Tous que se ocupa de recrear al representante de los padres, que primero se interesa ante Ana, la directora, y luego la cuestiona, tanto a ella, como a Javi, el entrenador, y toda la organización del equipo de la piscina, con un adecuado desempeño actoral conjunto.

cartelEs evidente que en variados aspectos de las sociedades del hoy, lo que hasta hace pocos años eran cuestiones vistas con absoluta normalidad, sin generar sospechas, ni miedos o incomodidad, pueden herir las sensibilidades de este momento vital, y eso lo podemos comprobar incluso a través de los contenidos que se veían hace 20 o 30 años en televisión, que hoy serían imposibles de ser emitidos.

“¿Me creéis o no?”

Más que interesante la aportación que realiza Josep María Miró sobre los riesgos de los prejuicios y los miedos, calificando con excesiva facilidad situaciones no contrastadas. Lo mejor de la pieza es como el autor no permite contemplaciones y exige al espectador tomar parte. El voto en blanco no es opción.

 

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