El Lazarillo de Tormes y poemas, crítica teatral

02 Ago 2020

Portada de la primera edición de EL LAZARILLO DE TORMESLa picaresca en España está arraigada en formas y haceres, aunque quizás no sea un rasgo exclusivo de nuestro país. Pícaros los hubo y los hay, también, allende de nuestras fronteras.

La literatura de nuestro Siglo de Oro fue frondosa en el genero picaresco, convirtiéndose “El Lazarillo de Tormes”, obra sobre cuya autoría no hay certezas, en un muestrario de los personajes de la época, poniendo en la diana la hipocresía de aquel momento, seguramente en los mismos niveles que la actual; aunando a un tiempo el realismo más descarnado, junto una visión distópica del mundo, trufados ambos registros de mensajes moralizantes. Hay humor y sátira como expresión de los mejores medios para enmarcar las tragedias de la vida.

El mozo de ciego un punto más del diablo debe saber

En 1994, Fernando Fernán Gomez hizo una adaptación del texto clásico, que ha sido repetidamente interpretada por Rafael Álvarez El Brujo” en todo tipo de escenarios, protagonizando en 2001 una pelícLogotipo Festival de Almagroula dirigida por el propio autor, junto a José Luis García Sánchez, que concitó una opinión favorable de crítica y público.

En la 43ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro de este año 2020, vuelve Rafael Álvarez “El Brujo” a ofrecer su personalísima aproximación al personaje de ‘El Lazarillo de Tormes‘ por dos razones esenciales según confiesa su protagonista: por las peticiones que recibe del público respecto a ello y como homenaje a su amigo y maestro, el gran Fernán Gómez.

Mala escuela tuve, más ni por asomo llegué al delito

A partir de estas próximas lineas nuestras palabras se circunscriben, exclusivamente, al espectáculo presentado en estos días.

Lleno absoluto en los tres días programados, dentro de las limitaciones de aforo imperantes en estos tiempos en los que convivimos con el Coronavirus, lo cual habla de la gran expectación despertada por la fama del propio intérprete, el texto y la adaptación utilizada.

Lo único que pretendo es calmar el hambre

El Lazarillo de Tormes y poemas, crítica teatralUn escenario desnudo, sin más elementos que unas candelas encendidas que enmarcan el espacio, reciben al personaje que solo tarda unos pocos minutos en interactuar con el público, siendo evidente que en ese registro se siente más cómodo que declamando el texto adaptado por Fernán Gómez.

A partir de esa primera interactuación la historia de Lázaro de Tormes irá alternándose con comentarios del personaje sobre la contemporaneidad del momento: los 140.000 millones de euros del fondo de recuperación aprobados por la Unión Europea, la corrupción, el rey emérito, las distintas gestiones en las diecisiete comunidades autónomas que componen España …y por supuesto el Covid-19 hasta afirmar, divertido, “¡anímense, anímense …que la alegría, al coronavirus, le acojona!”, todo ello alternado con comentarios sobre detalles de su propio vestuario o los austeros medios técnicos disponibles …hasta anunciar en determinado momento …”¡vuelvo a mi personaje, que soy yo mismo!”.

¡Vuelvo a mi personaje, que soy yo mismo!

El Lazarillo de Tormes y poemas, crítica teatral

PG- El lazarillo de Tormes y poemas, de Rafael Álvarez (El Brujo)
Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro
fotografiado por el fotógrafo Pablo Lorente

Y en esa cita quizás radique la esencia de su espectáculo actual, donde un personaje creado, el propio “Brujo/Lázaro”, se presenta ante su público más para hacer un monólogo, con fases de improvisación en las que comparte determinadas anécdotas que le han sucedido en su, ya larga, carrera interpretativa profesional, como aquella vez en la que se encontró a una persona en el patio de butacas que dió otro monologo, casi como el suyo; por encima de adaptarse a un texto por más clásico que sea, además del respeto y cariño que profesa a su adaptador, Fernán-Gómez. Aunque el guión original sí le sirve para volver a él, en los momentos en los que el ritmo de la improvisación decrece por determinadas causas y razones, dándole la oportunidad de reclamar un “aplausito” de forma sumisa y pícara a la vez.

En esta recreación de “El Lazarillo de Tormes” aparecen el ciego y el clérigo, con más éxito en la recreación del primero que la del segundo, señores, ambos dos, a los que sirvió Lázaro durante el relato de sus peripecias, pero no lo hacen ni el arcipestre, ni Machuca, ni el alcalde, ni fray Gabriel, ni Teresa… por citar solo a algunos de los principales en sus vivencias y correrías.

«La ocasión hace al ladrón»

El Lazarillo de Tormes y poemas, crítica teatralEl momento de mayor brillantez, y calado, del espectáculo, sucede en lo que el personaje protagonista anuncia como “descanso” (más cerca del final que del principio) con una estupenda declamación de “El Brujo” de un verso cuya autoría nos anuncia de Fernán Gómez, ampliamente premiado con la ovación más intensa y prolongada de toda la función.

Nada que objetar a la comparecencia de un personaje para, a través de un monólogo con algunas improvisaciones, interactuar con el público, por otra parte premiado, a su finalización con gran parte de los espectadores puestos de pie ovacionando al protagonista; pero mi personal sensación es que el texto utilizado como coartada para ello, en este caso “El Lazarillo de Tormes” acaba siendo fagocitado, convirtiéndose en algo accesorio en la ‘performance‘.

«¡Dios salve al emperador Carlos!»

«¡Dios salve a Lázaro!»

«¡Dios salve a las Españas!»

En cualquier caso, todo mi respeto a Rafael ÁlvarezEl Brujo” y a una trayectoria, como la suya, de largo recorrido.

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Comentarios

  1. Totalmente de acuerdo. Gracias por expresarlo de manera tan clara.

    • Gracias, Carmen, por el mensaje y participación en https://www.traslamascara.com. En mis opiniones y críticas teatrales trato de ser lo más objetivo posible y no mirar «el DNI o nombre» de nadie, ni por veteranos, ni por jóvenes, ni por grandes producciones, ni por las más austeras, ni por la fama o el desconocimiento de sus participantes, se trate del circuito más comercial o del «teatro off»…y creo que esa honestidad es el principal valor de ellas. Seguiremos en esa idea. Besos.

  2. Interesante crítica acerca de El lazarillo de Tormes, una obra clásica que aunque se encuentra entre mis favoritas, nunca he tenido el placer de ver representada sobre un escenario. Dice mucho que haya tenido tanto éxito, incluso en estos tiempos de confinamiento que nos ha tocado vivir. Me gusta que seas objetivo y claro al señalar cada aspecto importante de la obra.

    Esperemos que nos puedas traer más reseñas de otras obras más adelante, un cordial saludo y gracias por compartir.

  3. Vi a Rafael Álvarez en la representación que hizo de El Lazarillo en Barcelona este mes de febrero y estoy totalmente de acuerdo con su apreciación final. Sí,el texto original ha sido fagocitado en aras de la perfomance. Una pena. Me decepcionó. Nada que ver con el Llazarillo que le vi hacer hace ya bastantes años, que no era menos divertido. Antes al contrario, al no abusar de los chascarrillos estos se disfrutaban el doble. Esta vez me salí antes de que terminara la función.

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