Animales de costumbres

Los humanos somos animales de costumbres y el detalle de esos cinco pasos en cada jornada de nuestro día a día, solo son una pequeña enumeración de elecciones que volveremos a tomar de acuerdo al hábito adquirido, como la zona donde aparcaremos nuestro vehículo, el orden en el que abordaremos nuestras tareas e incluso la disposición en la que organizaremos nuestro puesto de trabajo.

Investigadores de la Northeastern University de Boston (EE.UU.) han realizado un estudio que, de forma empírica, confirma que los humanos somos animales de costumbres, llegando a afirmar que los movimientos de la mayoría se reducen a ir y volver de un limitado número de lugares.

Investigadores de la Northeastern University de Boston han realizado un estudio que confirma, de forma empírica, que los humanos somos animales de costumbres, llegando a afirmar que los movimientos de la mayoría se reducen a ir y volver de un limitado número de lugares.

El estudio que fue publicado en la revista ‘’Nature’, registró, durante seis meses, los movimientos de cien mil personas a través del rastro que dejabanlas señales de sus teléfonos móviles, tanto al recibir, o emitir, llamadas, como mensajes. La conclusión fué contundente: «La gran mayoría de personas se desplazan dentro de una distancia muy corta, de cinco a diez kilómetros” y «Sólo hubo algunos pocos que se desplazaban unos 200 kilómetros, de manera regular”, infiriendo de los datos que los humanos cumplen con la pauta y hábito del típico empleado que viaja de casa al trabajo y a la inversa.

Los hechos y los resultados obtenidos por la ciencia son los que son, la costumbre y el hábito dominan unos grandes dosis de decisiones de las que tomamos cada día. La pregunta sería ¿es positivo o negativo?, ¿bueno o malo?.

“La gran mayoría de personas se desplazan dentro de una distancia muy corta, de cinco a diez kilómetros”. ”Sólo hubo algunos pocos que se desplazaban unos 200 kilómetros, de manera regular”

Se dice que los humanos somos conservadores por naturaleza (más allá de las ideas políticas) encontrándonos cómodos en lo que se denomina nuestra zona de confort, pero lo que es cierto es que los hábitos se han constituido en tales a través de posicionamientos que tomamos tiempo atrás, quizás para buscar llevar una vida sana, hacer algo de deporte, adquirir determinados aprendizajes, etc… y todas aquellas cosas que nos ayuden a ser quienes queremos ser.

El cambio nos genera incertidumbre pero si desde la racionalidad llegamos a la conclusión de que hay que incorporar determinada forma de hacer, tenemos la capacidad, desde la reflexión, de modificar determinado comportamiento e incorporarlo a nuestro estar siendo. En dicho sentido cobra importancia la afirmación de que ‘la forma es fondo’, pues hacer algo de determinada manera formal, terminará por constituirse en hábito en nuestro fondo.

“La forma es fondo” (Jesús Reyes Heroles)

A modo de ejemplo sobre la capacidad reflexiva de modificar un habito, desde la forma para mejorar el fondo, podemos utilizar el ejemplo del desayuno que cada mañana disfrutamos en nuestra cafetería de confianza. Si el endocrino nos recomienda un determinado alimento en lugar de otro, siempre tenemos la capacidad de modificarlo y solo necesitaremos advertirlo una vez y mañana ya se habrá constituido en costumbre.

Somos animales de costumbres, pero mantenemos la capacidad racional de evitar los malos hábitos que consideremos como tales, pudiendo aplicar el cambio necesario que esté alineado con nuestra propia decisión, desde la razón a la voluntad expresa.

Si alguna de las imágenes utilizadas en este blog, está protegida por copyright, ruego me lo hagan saber para ser retirada de forma inmediata.