Records indeseados

25 Abr 2015

Hace unos días publicó el Financial Times una valoración sobre los ministros de Economía de los países que forman la Unión Europea, y el español Luis de Guindos aparecía como el peor valorado, lo cual no ha sido óbice para que desde el gobierno español se presente su candidatura para sustituir al presidente del Eurogrupo, Dijsselbloem, pero no es esa la única clasificación en la que, desgraciadamente, destacamos actualmente. Hace pocos años España era la décima potencia económica del mundo, hoy hemos perdido cuatro posiciones y México nos superará en pocos meses, al tiempo que en cuanto a los países menos corruptos nos situamos en la 38ª posición mundial, superándonos países como Bután ó Bostwana, habiendo perdido dieciséis posiciones en los últimos diez años.

Según Oxfam, España es el segundo país europeo con mayor desigualdad, tras Letonia, con un 30% de la población en riesgo de extrema pobreza, tras las consecuencias de la Reforma Laboral de 2012.

Los números de la tan anunciada recuperación, tampoco impiden que destaquemos en otras clasificaciones: somos subcampeones europeos de déficit público, sólo superados por Chipre, y subcampeones europeos en desempleo, sólo superados por Grecia.

Y más allá de los números también somos capaces de liderar las audiencias de los medios de comunicación de medio mundo con la noticia de la detención de un exvicepresidente del gobierno de España detenido por alzamiento de bienes, fraude y blanqueo de capitales, o de un expresidente autonómico, durante 23 años, como confeso evasor fiscal, al tiempo que un senador y un diputado son imputados dentro de una trama corrupta que desvió 1.000 MM euros de lo que debían ser ayudas a los desempleados. Mientras que el partido político que sustenta al actual presidente del gobierno está calificado, en un proceso judicial, como “beneficiario a título lucrativo” de donaciones que pueden suponer su “financiación irregular”.

Ya tocamos con las manos el reconocimiento a “país peor gobernado”, Rato, Rajoy, Bárcenas, Pujol, Chaves, Griñán, Aguirre, Granados, Camps, …y otros tantos, han actuado con denuedo en esa dirección, mientras los españoles asistimos asombrados al espectáculo. El escepticismo sobre nuestra clase política sí que está sustentado en números y datos.

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