Mihura, el último comediógrafo; crítica teatral

02 Jun 2025

Nave 10 Matadero es un espacio teatral, dependiente del Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid, que tiene como objetivo el fomento de las nuevas dramaturgias y direcciones de escena, articulado en cuanto a la nueva autoría en castellano, las nuevas formas de creación y la formación e innovación en las artes escénicas, aspirando a ser un lugar de encuentro entre nuevos creadores y profesionales de largo recorrido ya consagrados. Autodefiniéndose por sus actuales responsables como ‘un teatro para el espectador del siglo XXI’. Reto sugerente.

“La historia de cómo Miguel llegó a ser Mihura”

Mihura, el último comediógrafo; crítica teatral

Su programación de esta temporada 2024/2025 ha dejado varias pruebas y demostraciones que atestiguan el afán por conseguir los objetivos planteados. Y ahora llega un espectáculo teatral que aúna modernidad y contemporaneidad a través de las visiones de su joven dramaturgo, Adrián Perea (1997) y la dirección de Beatriz Jaén (Nada, Breve historia del ferrocarril español, Yellow moon), una de las voces emergentes dentro del teatro madrileño, convertida en absoluta realidad, quien cuenta con el acompañamiento artístico de Marta Pazos, realizando un merecido y oportuno homenaje sobre el autor de ‘Tres sombreros de copa‘, Miguel Mihura (1905/1977) con una vida protagonizada en unos años en la mitad del siglo XX, con seguridad un tiempo difícil y oscuro dentro de la creación, pero que, como en todas las épocas, vieron brotar en su seno la excelencia dentro de la autoría teatral, aunque su creador no lograra ver su obra representada hasta veinte años después de ser escrita, en 1932, gracias al impulso de unos jóvenes de los años 50’s del siglo XX, agrupados en torno al T.E.U., liderados por Gustavo Pérez Puig, que a la vuelta de no muchos años se convirtieron, también, en historia del teatro español, como Agustín González, Blanca Sendino, Fernando Guillén, Juanjo Menéndez o Gemma Cuervo.

“Escribir teatro es una de las cosas más difíciles”

Desde los primeros compases de esta propuesta de ‘‘Mihura, el último comediógrafo’ queda patente que la contemporánea visión sobre la obra escrita hace noventa años, funciona perfectamente. 

Mihura, el último comediógrafo; crítica teatral

Adrián Perea convierte a Miguel Mihura en protagonista y lo hace manteniendo en escena dos aproximaciones al autor, por un lado Rulo Pardo (Polar, Tras los balcones, Ronejo, Naufragios de Álvar Núñez) quien encarna de forma destacada y muy eficaz al dramaturgo en su época madura, otorgándole la capacidad de dirigirse al público, en recurso metateatral que será acertadamente utilizado en varias fases de la pieza, brindándonos los atinados comentarios de una visión que solo el paso del tiempo otorga; habla de su propia historia y nos conmueve entre la socarronería de la que hace gala y la cojera física que le dejó una enfermedad muy extendida en la época de su juventud. Mientras que David Castillo (RUN [Jamás caer vivos]), con gran vitalidad, recrea al Mihura joven, a aquel que buscó, desesperadamente y sin éxito, estrenar su primera obra tras ser escrita, el que se embarcó como parte de una compañía de varietés en un ruta en que los sueños de todos los integrantes se trufaban con pensiones de mala muerte y pasajes de tren con billetes de tercera, para terminar articulando la revista de humor de mayor éxito y popularidad en su época, titulada como ‘La Codorniz‘, dejando afirmaciones que se incluyen en el texto de esta propuesta, como ‘Confidencialmente le diré que el teatro no me gusta nada’, todo lo cual no ha impedido que su obraTres sombreros de copafigure entre las más destacadas comedias teatrales españolas del siglo XX.

“Yo vagaba por las calles como el Banco de España, sin dar crédito”

Completan el elenco Paloma Córdoba (Breve historia del ferrocarril español, Yellow moon, Porvenir), Esperanza Elipe (Hombres que escriben en habitaciones pequeñas), Esther Isla (Breve historia del ferrocarril español, Los pazos de UlloaUna vida americana), Kevin de la Rosa y Álvaro Siankope que toma el rol, sobre el escenario, del propio Adrián Perea, al reconstruir su visita a la sobrina de Miguel Mihura para dar los últimos trazos al texto de su propuesta.

Mihura, el último comediógrafo; crítica teatral

¡Estás hecho un ‘mi(h)ura’, Miguelín!

Beatriz Jaén acierta en el ritmo del que dota a esta obra, que resulta fresca y creíble desde el minuto uno, donde la metatrealidad de la que se la dota perfecciona la trama, algo a lo que no es ajeno el acertado diseño del espacio escénico creado por Pablo Menor Palomo, quien convierte la escena a la vista del público, en el espacio entre bastidores y bambalinas de los teatros que van recorriendo los protagonistas, incluidos naturalmente los camerinos, lo cual permite al publico contemplar a los cómicos mientras recogen los aplausos, o al menos saludan, como si estuvieran en esos espacios no tan conocidos. Adecuadas aportaciones de Vanessa Actif en vestuario, Cecilia Galán en asesoría de coreografías musicales y Elvira Ruiz Zurita en videoescena.

“¡Gracias a todos, especialmente a estos jóvenes, por tomaros el teatro como un juego!”

Toda una grata sorpresa esta pieza de ‘Mihura, el último comediógrafo’, cuyo, quizás, único pero, esté en una dificultad excesiva en la parte de su resolución, la cual se podría aligerar un punto, momento, en todo caso, que acoge los momentos más divertidos que nos ofrece Esperanza Elipe. Muy recomendable espectáculo, lleno de calidad y, además, refrescante.

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