Tebas Land, critica teatral

11 Ene 2018

¿Podemos empezar ya?, Israel Elejalde se dirige a quienes ocupamos el patio de butacas de El Pavón Teatro Kamikaze, pero Tebas Land, critica teatralno lo hace, en ese momento, como integrante del equipo de cuatro gestores que dirige ese evocador, y vitalista, punto de referencia teatral en el que se ha convertido, en un tiempo récord, el proyecto que lidera junto a Miguel del Arco, Jordi Buxó y Aitor Tejada, sino a través de “S”, personaje con rasgos autobiográficos descrito por Sergio Blanco (Montevideo, 1971) autor de este Tebas Land, pieza de metateatro, que juega con la irrealidad en muchos planos, dándonos muestra de ella desde el primer momento.

Tebas Land es uno de los mayores éxitos teatrales, en español, de los últimos años, habiéndose exhibido desde Montevideo a Berlín, de París a Tokyo, de Buenos a Londres, donde fue reconocida con el galardón a la mejor producción en los Off West End London Awards 2017, hasta llegar ahora a Madrid, bajo la hábil batuta de Natalia Menéndez, que vuelve a la dirección teatral, tras sus siete años como responsable del Festival de Teatro Clásico de Almagro.

¿Cuando se empieza a escribir un texto?, ¿cuando se empieza a esbozar un parricidio?.

Tebas Land, critica teatralAcudimos a ver una obra de teatro, pero lo que se nos presenta a nuestros ojos es el relato de como se elaboró la obra de teatro Tebas Land, donde se utilizan diferentes referencias sobre el parricidio, comenzando por la tragedia clásica griega de Edipo, de Sófocles; pero también recorriendo a Los hermanos Karamazov, de Dostoievski, Un parricida de Maupassant, El parricidio de Sigmund Freud e, incluso, la vida de San Martín Tours, utilizando el nombre del santo europeo del siglo IV para nombrar al único parricida ficcionado de este texto, al menos hasta donde sabemos, sobre cuyas interpelaciones por parte de “S” se construye la realidad irreal que nos brinda Sergio Blanco, en personaje interpretado por Pablo Espinosa, que se desdobla, también, en Federico, actor que protagonizará en el teatro la historia del ficcionado parricida, Martín; todo ello dividido, como si fuera un partido de baloncesto, en sus cuatro cuartos e, incluso, en un prórroga.

Nada es lo que parece, “S” se aproxima al parricida Martín, para a través de varias entrevistas acercarse a su motivación para el crimen cometido y entender lo que subyace tras él, al principio algo asustado ante la presencia de aquel, para finalmente centrarse únicamente en los detalles de la representación artística que realizará con Federico, pero definitivamente atraído por Martín.

“Todos buscamos, un poco, matar a nuestro padre”. (Sigmund Freud)

Algo en la forma en la que se cuenta esta trama, como abstrayendo el dolor del delito, aplicando un cierto síndrome de Estocolmo sobre el causante de él, nos recuerda la forma empleada por Truman Capote en A sangre fría (1966) al recrear los crímenes cometidos en 1959, por Richard Hickock y Perry Smith, sobre la totalidad de los Clutter (padre, madre y sus dos hijos), donde la misma atracción en la que en Tebas Land parece caer “S” sobre Martín, sucede con Capote respecto los asesinos de aquella familia de Holcomb, en Kansas.

Tebas Land, critica teatral

Alfonso Barajas acierta al representar sobre la escena una especie de jaula, de más de tres metros de altura, generosa en su espacio, sobre la que desarrolla toda la trama, que unas veces representa la celda en la que pasa su condena Martín, otras veces el patio de la cárcel donde mata el tiempo jugando al baloncesto y en ocasiones el espacio teatral donde “S” y Federico ensayan los detalles de la obra, en cuya formación se engendra la parte nuclear del espectáculo que se nos brinda. Mención especial para la conseguida iluminación de Juan Gómez Cornejo, jugando con ese enrejado, que forma la jaula, proyectando unas diferentes sombras en cada momento de la trama, que nunca se repite.

‘Martín’ es un nombre masculino con origen en el latín, que significa “guerrero”. (aquel que está consagrado a Marte).

Israel Elejalde, de nuevo sobrio y en el punto justo que requiere el personaje de “S”, combina perfectamente con Pablo Espinosa, desdoblándose entre Martín y Federico, con una notable prestación del joven actor, si bien se identifican demasiados puntos en común entre sus dos personajes, lo que, quizás, sea una idea buscada por parte de la dirección que realiza, de forma eficaz y sencilla, Natalia Menéndez, jugando con la realidad y la irrealidad, ¿cuando es una cosa y cuando es otra?.Tebas Land, critica teatral

Tebas Land exige al espectador, sin permitirle un rol pasivo, debe participar, dejarse enganchar o caer atropellado por ella. Inquietante y sorprendente.

¿Que es realidad?, ¿que es ficción? …la propuesta de Sergio Blanco tendrá una respuesta diferente por cada persona que acuda como público, pero el interés es ineludible. Otro escalón más en el teatro de repertorio de El Pavón Teatro Kamikaze.

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