LO(r)CA, crítica teatral

10 Feb 2018

LO(r)CA, crítica teatralMe gusta frecuentar los locales de «teatro Off» de Madrid, lo cual es una experiencia que me brinda muchas más satisfacciones que decepciones, y además me permite mantener actualizado el necesario listón de sentido crítico en relación con el nivel que se muestra en las producciones del llamado circuito comercial teatral, demostrando, como tantas las veces en la vida, que el exceso de medios, en muchas ocasiones, no garantiza el resultado y ni siquiera un mínimo de talento.

La contención en los medios no limita este «LO(r)CA» y a su finalización, mi primera sensación es que no era una obra de «teatro Off» al uso, y que muchos de sus elementos responden a los estándares del pLO(r)CA, crítica teatralrimer circuito teatral, comenzando por la acertada dirección de Ben-David, con un movimiento actoral que parece medido al milímetro, en el que cada personaje tiene su lugar en el escenario en cada momento de la trama, sea dentro de las cuatro lineas que componen un cuadrilátero central sobre el suelo negro o fuera de él, con excelente iluminación, buen sonido y un conseguido trabajo de videoarte de Nitay Shalem a base de proyecciones que ayudan a resaltar la carga dramática. A destacar también el estilismo utilizado, muy homogéneo en todos los elementos, responsabilidad de Tal Kilshon, y el original efecto de pausa y play a lo largo de la acción.

“Yo soy un hombre quemado, lleno de llagas por dentro y por fuera.”

«LO(r)CA: tragedia homosexual», es una producción que actualmente se está exhibiendo, los domingos, a las 19 horas, en la sala Nave 73, dirigida por Barak Ben-David con un texto adaptado por él mismo sobre fases de cuatro obras de Federico García Lorca: La casa de Bernarda Alba, Bodas de sangre, Yerma y Doña Rosita la soltera, cuya dramaturgia funciona perfectamente, en el que son hombres, LO(r)CA, crítica teatralcondenados por la familia, la religión y las leyes, debido a su homosexualidad, en lugar de mujeres, quienes declinan las palabras escritas por el poeta de Fuente Vaqueros.

Al acceder a nuestras localidades uno de los personajes nos recibe, entregándonos un dossier, compuesto por una carpeta marrón, como de archivador, cerrada con una goma elástica que contiene su interior, en el cual nos encontramos una especie de atestado judicial, dándonos la pista de que lo que vamos a presenciar es un juicio en el que cuatro hombres, en los roles de Adela, “La novia”, Yerma o Doña Rosita, serán acusados por su condición sexual. Y es que las mujeres que describió Lorca y los hombres homosexuales que nos muestra aquí Barak Ben-David son la misma cosa, seres humanos sometidos a unas determinadas convenciones sociales, antes y ahora.

“Cada vez tengo más deseos y menos esperanzas”.

Las interpretaciones que nos brindan Juan Caballero, Javier Prieto, Jorge Gonzalo y Raúl Pulido son macizas, por valiosas cada una, y por homogéneas entre sí, dando una alta nota cada una de ellos, tanto cuando aparecen LO(r)CA, crítica teatralrepresentando a cuatro abogados, trajeados en terno gris y encorbatados, unas veces acusadores y otras acusados, como en cada una de las escenas en que mutan para convertirse ora en Adela o Yerma, ora en “La novia” o Doña Rosita, desvistiendo y volviendo a vestir sus austeros trajes, desabrochando botones y anudando corbatas, hasta lucir finalmente el vestido verde de Adela, en un alegórico final.

A destacar el hecho de que Juan Caballero compatibilice actualmente tres trabajos teatrales, combinando este “LO(r)CA”, con “Aire siempre de viaje” y “Lavar, Marcar y Enterrar”; todo un signo de los tiempos que vivimos, también en el teatro.

“¿Qué pides niño, desde tan lejos?»

Barak Ben-David construye este espectáculo a partir de lanzarnos el reto, como espectadores, de utilizar textos de Federico García Lorca, pensados para mujeres de la España de los añoLO(r)CA, crítica teatrals 30’s del siglo XX, poniéndolos en la piel de hombres homosexuales de esta tercera decena del siglo XXI, y lo cierto es que funcionan perfectamente, adaptándose como un guante, superando la barrera de género y de la temporalidad de los noventa años transcurridos, quizás porque, más allá de etiquetas, hablan de emociones y sentimientos, y en eso todos los seres humanos somos iguales y atemporales.

Muy recomendable la opción de empaparse, de nuevo, de Lorca a través de este espectáculo, intenso y vivo, que supera los habituales estándares del “teatro Off”, teniendo todos los ingredientes necesarios para hacerse hueco en la cartelera teatral madrileña, con mayor difusión; la calidad de su puesta en escena, su cuidada direccion, sus más que correctos medios técnicos y las potentes interpretaciones de las cuatro actores que lo interpretan, lo hacen acreedor a ello.

Share

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.