La mentira, crítica teatral

02 Nov 2016

“En este mundo traidor nada es verdad, ni mentira, todo es igual al color del cristal con que se mira”, esta conocida frase de Ramón de Campoamor pone el foco en el subjetivismo al expresar una idea o una opinión, donde verdad y mentira parecen entremezclarse en las cuitas del día a día. Pero en el texto de La mentira, de Florian Zeller, versionado por David Serrano y dirigido por Claudio Tolcachir, se plantea el dilema desde la premisa de ¿qué es mejor, decir siempre la verdad, o utilizar los márgenes de la mentira como analgésico de la realidad?.

¿Qué es mejor, decir siempre la verdad, o utilizar los márgenes de la mentira como analgésico de la realidad?

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La mentira es una comedia fresca, bien hilada, que brinda un entretenimiento de calidad, con diálogos bien encajados, llenos de juegos de palabras y fina ironía, que conviene no perderse, a los que hay que prestar atención, por encima del ruido de algunas risas fáciles. Su trama plantea el asunto de las infidelidades matrimoniales a través de cuatro personajes, compuesto por dos parejas, esbozando algunas preguntas a las que no llega a responder, evitando caer en la moralina, pero que quedan en el aire… ¿mentir puede ser un acto de amor?, ¿la sinceridad absoluta es lo correcto?, ¿lo podremos resistir?.

Una cena en casa de una de las parejas será el marco donde se desarrolle el espectáculo, con un escenario fijo, bien utilizado, de espacios compartidos, donde aparece un comedor, un sofá, una barra de bar bien surtida de copas y botellas, que servirá de zona de confidencias; y las puertas necesarias para que las entradas y salidas de escena de los personajes se conviertan en una especie de baile, milimetrado, que nos recuerde a ciertas películas de Billy Wilder. Un espejo, al fondo, proyectará las imágenes distorsionadas de los personajes, en una alegoría muy bien conseguida.la-mentira-3

Carlos Hipólito, disfruta del personaje de Pablo, que parece hecho a su medida y para su lucimiento, estando bien acompañado por Natalía Millán en el papel de (Alicia), Mapi Sagaseta (Laura) y Armando del Rio (Miguel).

La mentira es un espectáculo que depara noventa minutos de entretenimiento al espectador, en clave de teatro comercial, pero de calidad, con diálogos frescos e inteligentes que conviene no perderse para no verse sorprendido en el final de la trama.

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