Hipatia de Alejandría, crítica teatral

27 Jul 2021

Hipatia de Alejandría, crítica teatralEl estreno y representación de “Hipatia de Alejandría” en el Teatro Romano de Merida, dentro de la 67ª edición de su Festival Internacional de Teatro Clásico , nos supuso el deleite de toda una ‘delicatessen’ y el reencuentro con el teatro de siempre.

Empezaremos por destacar la acertada elección de ocupar, a lo largo del espectáculo, toda la posibilidad escénica que brinda un escenario como el emeritense, magnífico y excepcional en su superficie, con una longitud de 60 metros de largo y 7 metros de profundidad. 

“Ese es el camino …cuestionar, cuestionar, cuestionar… ¡dudar siempre!”

Hipatia de Alejandría, crítica teatralEn demasiadas ocasiones se suceden, en tan sugerente espacio, propuestas que únicamente utilizan la parte central del mismo, limitando el uso a la proyección de la puerta principal o ‘valva regia’, desechando grandes espacios a su costados (con la honrosa excepción del Alejandro Magno de 2016), sin embargo en esta ocasión la acertada dirección de Pedro A. Penco, junto al sobrio trabajo de escenografía de Diego Ramos, con el único uso de plataformas elípticas que representan el Ágora, opta por el recurso más eficaz, dando protagonismo absoluto a tan magno lugar, alternando las salidas y entradas de actores, figuración y coro, desde los distintos accesos, por supuesto desde ambos extremos de escena y ‘valva regia’, pero también desde las dos puertas equidistantes, a cada lado, de ésta, denominadas “valvas hospitalias”, lo cual, con la acertada iluminación de Jorge Rubio y Fran Cordero, y el uso de un sugerente, y colorista, vestuario de Rafael Garrigós, hace que el ‘Serapeo’ de Alejandría se haga presente ante nuestros ojos, aún habiendo desaparecido de la faz de la Tierra hace dieciséis siglos.

“Nada es perfecto, todo está por descubrir»

A destacar el movimiento del coro, dirigido por Cristina Silveira, que representa a los dioses, encabezados por «Marte» y «Júpiter«, quienes no se esconden y amenazan: «¡Ay de aquel humano que sueñe con mi trono!”.

coro

La historia de Hipatia de Alejandría fué conocida por el gran público a través de la difusión que de ella hizo Alejandro Amenábar en su película ‘Ágora’, y ahora, de forma oportuna, el dramaturgo extremeño Miguel Murillo compone un documentado texto original sobre sus hitos y vida, en lo que supone la recreación del personaje de una mujer que se adelantó a su propio tiempo en más de quince siglos.Hipatia de Alejandría, crítica teatral

“Antes vivíamos en paz, unidos por nuestras diferencias”

El saber frente el dogmatismo, la incultura revelándose contra el conocimiento, la razón iluminando aquello que los dogmas ocultan, luz para hacer frente a las tinieblas… demoler las certezas, “dudar, siempre dudar”…”ese es el camino, cuestionar, cuestionar, cuestionar …¡dudar siempre!” …”hay que quitarse la venda que nos impide ver más allá”…que nadie nos capte para su ‘dios’ porque cada hombre (cada humano más allá de su género), tiene en su corazón su propio ‘Dios”. “Hipatia es una mujer libre que no necesita un hombre que dirija sus pasos” …y ella insiste en ese justo argumento: «Acaso por ser mujer se nos tiene prohibido pensar.

“¿Hay algo más bello que la perfección matemática?”

El ágoraPaula Iwasaki  («Trágala, trágala…«, «Luces de Bohemia«, «Top Girls«, «Madre coraje y sus hijos«, «Castelvines y monteses«) recrea a Hipatia sobre las milenarias piedras del Teatro Romano de Mérida y lo hace de forma convincente y llena de energía. Junto a ella un elenco equilibrado que consigue una compacta prestación, con Alberto Iglesias El concierto de San Ovidio«, «La Strada«) en el papel de «Teón», el padre de la erudita catedrática señora del Ágora, que inculcó en su descendiente el gusto por el saber, el conocimiento y la búsqueda de la verdad razonada; Daniel Holguín componiendo un creíble «Orestes«, prefecto de Roma en Alejandría y enamorado como hombre de la mujer cuyo proyecto de vida principal tiene que ver con el movimiento de los astros en el firmamento, hasta descubrir que es la Tierra quien se se mueve alrededor del Sol y que lo hace en forma de elipse, acercándose y alejándose, igual que los humanos en busca de la verdad: “Nos acercamos …y nos alejamos de ella”. Pepa Pedroche, Guillermo Serrano, José Antonio Lucía, Rafa Núñez, Juan Carlos Castillejo, Francis Lucas y Gema González completan el grupo actoral de la propuesta, alcanzado un sólido desempeño conjunto.

“Hay que quitarse la venda que nos impide ver más allá…”

saludo al público

Redondo montaje, elípsis aparte, esta coproducción del Festival de Mérida y De Amarillo Producciones, construido sobre un texto que nos presenta la historia de Hipatia, sus hitos y la hostilidad a la que tuvo que hacer frente, al representar todo aquello que la intolerancia y el fanatismo repelen, especialmente la diferencia y el pensamiento propio en libertad. El acierto de su puesta en escena, optimizando el marco donde se representa, cuya belleza es imposible de exportar más allá de sus milenarias piedras, el vigorizante ritmo mantenido desde su planteamiento al desenlace, nudo incluido, y las destacadas interpretaciones, lo convierten en un espectáculo más que recomendable, que como tal fue recibido por calurosas ovaciones en cada una de sus cinco representaciones en el Teatro Romano, convirtiéndose en una gratísima sorpresa que superó las expectativas previas. Toda una perla que merece la pena descubrir.

 

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