El virus sigue ahí

25 May 2020

Dos meses después y tras un cumplimiento generalizado del confinamiento, más allá de unas pocas excepciones que no hacen sino confirmar la regla, el número de nuevos contagiados y nuevas víctimas del Coronavirus en España parece remitir, aún con la paradoja de que si cualesquiera de esas cifras de muertos hubiera sido la consecuencia de un atentado terrorista o un accidente de uEl virus sigue ahín medio de transporte, sería portada durante varios días en la actualidad informativa y los homenajes públicos a quienes perdieran su vida en ellos, serían repetidos a lo largo y ancho de todo el territorio nacional, tal y como debe de ser. 

La reseña anterior marca lo atípico de estos tiempos que vivimos, que nos vuelven a demostrar que el ser humano tiene una capacidad de adaptación, casi, ilimitada, por muy desfavorable que sea el entorno, sucede en las guerras y en cualquier otra situación límite que la humanidad haya conocido, y han sido muchas.

Si el número de víctimas de un día por el Coronavirus en España  fueran consecuencia de un atentado terrorista, sería portada en la actualidad informativa durante un largo periodo.

El virus sigue ahíHoy, a mitad de este atípico mes de mayo, donde la primavera parece brillar un punto menos y un cierto aire de nostalgia se apodera de calles, paseos y parques; ya estamos en desescalada aún en forma de un laberinto de fases donde lo que no queda claro del todo parece sacar ventaja a lo concreto. 

El virus sigue ahíLas calles de nuestras ciudades y pueblos combinan negocios que pueden abrir, pero no abren, con algunos que sin poder, abren; aulas vacías con terrazas de bares sin plazas libres para tomar el aperitivo; equipos de futbol ya entrenando, mientras a deportistas olímpicos en disciplinas individuales aún no se les autoriza; dos metros de distancia entre personas para ir a la playa o a una cafetería, que se convierten en nueve si de lo que se trata es del tendido de una plaza de toros; y si lo que queremos es consumir, podemos acudir a un concesionario de automóviles a comprar un coche, pero no a una tienda de electrodomésticos o de muebles, aunque aquel y éstas tengan más de 400 metros de superficie.

Ya estamos en desescalada, aún en forma de un laberinto de fases donde lo que no queda claro parece sacar ventaja a lo concreto.

El virus sigue ahíPero más allá de la ingente normativa emanada a través del BOE, desde el pasado catorce de marzo, primer día del “estado de alarma” decretado en España, con las 209 nuevas normas publicadas hasta ahora (cifra que rápidamente se quedará obsoleta, con seguridad), en sus diferentes formas: 13 decretos leyes, 6 decretos, 113 leyes ministeriales, 71 resoluciones de ministerios, 5 instrucciones y 1 acuerdo, lo que realmente ha ocurrido hasta ahora es la aceptación por parte de la sociedad española de las recomendaciones e instrucciones que se le han hecho, especialmente en el distanciamiento social, en medidas de higiene, uso de mascarillas y restricciones en la movilidad, todo lo cual ha conseguido rebajar el durísimo efecto de la pandemia en España, con sus más de 27.000 fallecidos y más de 230.000 contagiados (según los datos oficiales), aunque los primeros datos aportados por el estudio de prevalencia que se está realizando, apunten a que el 5% de la población española haya pasadoEl virus sigue ahí el virus, es decir una cifra que multiplica por diez el número oficial de contagiados.

En 1918, la epidemia de gripe que asoló el mundo entonces, dejó en España más de doscientas mil víctimas, y lo hizo través de tres oleadas entre las cuales la segunda fué la más letal, y eso es algo que debemos recordar en estos momentos en los que volvemos a ver imágenes de “fiestas de botellón”, de concentraciones sin las debidas medidas de distancia social o de días de playa que más parecen de nuestra anterior normalidad que las propias de estos tiempos de desescalada.

El virus sigue ahí, en nuestras calles, en nuestras plazas, en nuestros pueblos y en nuestras ciudades.

El virus sigue ahíHoy por hoy no hay una vacuna capaz de combatir el Covid-19, seguro que la llegará a haber, pero todavía no tenemos una herramienta que impida sus efectos y su alta capacidad de contagio. Sí, las cifras de fallecidos y contagiados parecen mitigarse, aún siendo muy duras en el día a día, y más allá de las medidas de prevención no tenemos nada nuevo para luchar con él que no tuviéramos en los meses de enero, febrero o marzo, y eso es algo que debemos recordar …porque el Coronavirus sigue ahí, en nuestras calles, en nuestras plazas, en nuestros pueblos, en nuestras ciudades… y aunque usted, o yo, nos hayamos podido hacer un test, la tranquilidad sobre su resultado no nos impedirá que la semana que viene el Covid-19 haga presa en nosotros. Tengámoslo presente …el virus sigue ahí.

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