Amigas

18 Ago 2019

Mañana de sábado a mitad del mes agosto con una brisa que, por si misma, identifica la playa norteña donde Laura, Irene y Elena comparten confidencias interrumpidas trescientos sesenta y cinco días atrás. 

Las tres fueron compañeras de colegio, y antes de guardería, como preámbulo de una adolescencia cuyos sueños vivieron en forma de «cuasi« cooperativa.

Los dieciocho años quedaron atrás, igual que los veinticinco y la treintena, camino ahora de enfilar la recta de la cuarentena, siendo, como siempre fueron, las niñas de sus respectivas casas, en un sortilegio que terminó por desafiar las leyes de la física.

Mañana de sábado a mitad del mes agosto con una brisa que, por si misma, identifica la playa norteña donde Laura, Irene y Elena comparten confidencias interrumpidas trescientos sesenta y cinco días atrás.

A Laura el suave impacto del sol de la costa cantábrica le parecía un don divino, tras los meses acumulados de niebla británica vividos en el barrio de Paddington, en Londres; mientras que a Elena la piel se le erizaba en contraste con el calor al que se había acostumbrado en la caótica Napolés, e Irene disfrutaba de la luz natural que tanto echaba de menos en Estocolmo, sin duda la ciudad perfecta para ser empresario y animar a tus empleados a alargar las jornadas laborales …¡qué mejor opción que la trabajar en medio de la oscuridad de la noche!. 

¿Qué tal vuestras familias?, interpeló Elena a Laura e Irene, un punto antes de obtener las previsibles respuestas a tan recurrente pregunta.

Amigas“¡Te veo estupenda, Elena!”, dijo Laura, a lo que aquella respondió halagada, ¡gracias!, pero yo no podría lucir una figura en bikini como tú, no me lo permitiría, de hecho si fuésemos a andar siempre llevaría un “pareo” tapando mis caderas, porque la genética que he heredado de mi madre es la que es. Pues yo te veo muy bien, insistió Laura.

Irene medió en la conversación, ¡no seáis tan correctas y buenrollistas!. Yo lo asumo, estoy gorda, pero me acepto y eso es lo que deberíais hacer vosotras dos. ¿Taparme las caderas con un «pareo» para ir a andar?, ¿de qué habláis?. 

Los dieciocho años quedaron atrás, igual que los veinticinco y la treintena, camino ahora de enfilar la recta de la cuarentena.

Pues si te cuidaras un poquito podrías estar mucho mejor, Irene; terció de nuevo Laura, bastaría con que controlaras la dieta.

Las palabras de Laura trajeron a la mente de Irene el recuerdo de Alejandro. Alex dejó a Laura hace un par de años, y  lo llevó fatal, pero lo que ella no sabía es que aquello ocurrió tras una ‘historia” con la amiga ‘gorda‘ de su ex-pareja.

Irene era así, de relaciones impetuosas y excesivamente cortas. También tuvo un “affaire” con Toño, el chico de toda la vida de Elena, con el que todavía seguía, tal como sucedía desde los catorce años de ambos, pero a esa relación parecían anclados los dos, pasara lo que pasara, y sucediera lo que sucediera.Amigas

Laura llevaba años atraída por Toño, su apocamiento y sumisión frente a Elena, habían terminado por convertirle en un objeto de deseo para ella, ¿por qué los hombres de los que se sentía atraída estaban con otras?, ¿por qué su felicidad tenía que entrar en colisión con su amiga de toda la vida? …¡cómo si no hubiera más hombres!aunque quizás no hubiera mejor hombre para ella.

¿Dónde quedamos a cenar el próximo jueves?

Mientras la conversación fluía, mecida por el ruido de las olas al romper en la orilla, Elena solo tenía, como desde hacía años, un pensamiento dentro de sí: su atracción por Irene; pero le faltaba valor para abordarla y romper el “status quo” mantenido durante tantos años; y el verano, como otras veces,  siempre le daba la oportunidad de disfrutar de ella de vuelta. Quizás este año no será …pero, ¿y el próximo?.

¡Me encanta ese bañador que llevas!. ¿Dónde quedamos a cenar el próximo jueves?, ¿vendrá Toño?, pregunta Laura, no, responde Irene, mejor quedada solamente de chicas, a lo que asiente sonriente Elena…¡sin duda, mucho mejor!, mientras las tres se voltean para quedar tumbadas, boca arriba, frente al sol, en un nuevo día de playa compartido, como desde años atrás, entre amigas.

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