Refugio, crítica teatral

23 May 2017

Refugio, crítica teatralUn político dando explicaciones sobre un presunto caso de corrupción que atañe a su partido, repitiendo la letanía de los casos aislados, de la vocación por el servicio público, del respeto a la Justicia, de su colaboración máxima con ella, de que la democracia funciona correctamente, utilizando las evasivas para eludir sus propias responsabilidades, presumiendo de transparencia solo en escenarios en los que imponer sus normas, etc… acorralado, casi desesperado, buscando «refugio», en este caso a través de sus palabras.

El refugio son nuestras palabras …y nuestro silencio.

Así comienza la última propuesta que nos realiza Miguel del Arco (texto propio y dirección) estrenada en el Teatro María Guerrero, de Madrid, bajo la producción del Centro Dramático Nacional.

Refugio, crítica teatralNuestra enferma sociedad contemporánea y dos de los dramas que la marcan: la corrupción y la crisis de los refugiados, desubicados en sus países de origen y víctimas de sus sueños aquí. Ambos ejes son utilizados por Miguel del Arco para construir un magnífico espectáculo que engancha al espectador desde el mismo inicio del mismo, manteniéndole anclado a su butaca hasta el momento de la ovación final, que brota natural, unánime y llena de bravos y aplausos.

Lola (Macarena Sanz) la rebelde hija mayor de Suso (Israel Elejalde), nos muestra la peculiar familia del político, desde el seno de su moderna casa, acosada por los fotógrafos y periodistas que acuden ávidos de noticias …también de espectáculo, y lo hace jugueteando con la dualidad de la miseria que sucede realmente dentro de los cristales que marcan sus límites y las imágenes que se pueden observar desde fuera, destacando, Farid (Raúl Prieto), el refugiado sirio acogido por Suso, convertido en coartada y signo de empatía social y compromiso del líder político, allí está, allí come, allí bebe… pero nadie sabe nada más de él.

«A todos nos llega el momento de convertirnos en ‘carroña’, es nuestro destino común.»

Refugio, crítica teatral

Hola ¿qué tal?, soy Lola Santiesteban… Bienvenidos a la casa de los Santiesteban Verdagués. Mamá, ¿puedes pasarme la deliciosa ensalada que has preparado? Mamá ya no canta y se pasa el día dopada con todo tipo de calmantes…y vino”. Amaya (Beatriz Arguëllo), esposa de Suso, asiste a la escena como ausente, volátil, reducida a poco más de un espíritu de la famosa cantante de ópera que fue, junto a ellos Mario (Hugo de la Vega) el hijo adolescente que utiliza los videojuegos como vía de escape de la realidad y de la ira que acumula; además de Alicia (Carmen Arévalo), madre de Amaya, quien hace responsable del sufrimiento de su hija, y sus nietos, a su yerno, que lo antepuso todo por encima del bienestar familiar.

Refugio, crítica teatral

La casa de los Santiesteban Verdagués es representada a través de un cubo transparente que se va deslizando por el escenario durante el espectáculo, adaptándose a cada escena y cada momento, por momentos abierto, en otros momentos cerrado, pero dejando visibles a quienes lo utilizan como refugio. El trabajo de escenografía de Paco Azorín es magnífico, destacando por su originalidad y creatividad, marcando el nivel para el resto de oficios técnicos, todos sobresalientes.Refugio, crítica teatral

La trama se desarrolla a través de dos historias, la de la familia encabezada por Suso, y la de Farid en diálogo permanente con el espíritu de su mujer, Sima, ahogada junto a su bebé de tres meses, cuando naufragó la embarcación en la que viajaban destino a poner a “refugio” sus sueños. Ambas historias se yuxtaponen de forma tan fluida, que la una enriquece a la otra, hasta formar una sola, acierto que hay que anotar a la hábil dramaturgia de Miguel del Arco.

«Obtener refugio no puede salir gratis.»

Refugio, crítica teatralMuy interesante alegoría la del refugio que busca Farid, físicamente acogido por Suso y familia, y voluntariamente recluido en su propio silencio, pero a la vez convertido en el refugio particular de cada integrante de la peculiar familia con la que vive, quienes uno a uno van depositando en él sus secretos, sus miserias, sus frustraciones, sus preocupaciones, él no les entiende, pero ellos lo único que necesitan es sentirse escuchados y verbalizar sus propios demonios.

Durante toda la obra, el espectador se siente conectado a través de las emociones, sin necesidad de instrucciones previas, porque nada de lo que se le presenta ante él le es ajeno, pero destacaré dos momentos en especial.

Refugio, crítica teatralEn uno de ellos, Beatriz Argüello, imponente, nos deleita con una evocadora escena en la que recrea las tardes de gloria de Amaya como cantante de opera, desplazándose sobre el escenario como flotando, como en un ballet, en una escena impactante, con el ripio añadido de que sus movimientos son recreados simultáneamente, por Sima (María Morales) situada encima del cubo que recrea la casa familiar, convertida, a la vez, en cárcel y refugio. Bellísimo, es la palabra que susurré a mi compañera de butaca, al finalizar este momento.

«Yo no perdono más, se acabó el perdón.»

En otro gran momento, Raúl Prieto nos emociona al recrear la oración de Farid, desde el exterior de la vivienda, bajo la luz cálida que proyecta una lámpara que, a través de sus reflejos proyecta series de letras que inundan toda la escena, y también el patio de butacas; con las bellas palabras que va desgranando, que incluyen un poema de Yalal al-Din Rumí, situado de rodillas, con las manos abiertas en posición de plegaria, mientras el espíritu de Sima le contempla sobre su refugio, es estremecedora y de una gran profundidad, toda una metáfora en este mundo que el ser humano ha llenado de divisiones (fronteras, clases sociales, etc…) donde han hecho caldo de cultivo los nacionalismos y el ultraproteccionismo: “…no soy de India, ni de China, ni de Bulgaria, ni de Grecia. No soy del reino de Irak, ni del país de Khorosa. No soy de este mundo, ni del próximo, ni del Paraiso, ni del Infierno. No soy de Adán, ni de Eva, ni del Edén, ni del Rizwan.”

Refugio, crítica teatral

«El mundo que yo he contribuido a hacer, es peor que el me dejaron mis padres.»

Ya conocíamos los logros, e hitos, de Miguel del Arco como director teatral, dejando su huella, y su firma, en espectáculos como “La función por hacer”, en adaptación del texto original de Luigi Pirandello de “Seis personajes en busca de autor”, o en “Misantrópo” haciendo contemporáneo a Moliére, o en la personalísima actualización del personaje de Elena de Troya, en “Juicio a una zorra”; pero en este “Refugio” da un paso más y nos demuestra su capacidad, y brillantez, como dramaturgo, construyendo un texto original y vibrante, que no deja indiferente a nadie; al tiempo que con su habilidad habitual, consigue que todos los elementos sumen (actores, oficios técnicos, movimiento en escena, etc…) hasta conseguir una obra redonda, en la que todo funciona, sin necesidad de instrucciones, interpretaciones o aclaraciones.Refugio, crítica teatral

El acierto de Miguel del Arco también incluye el casting de los actores, pareciendo, cada uno de ellos, la medida exacta del personaje que se les asigna. Israel Elejalde, soberbio, en el rol del político sin escrúpulos, incapaz de dejar su cinismo fuera de las cristaleras que limitan su casa …¿él corrupto?: corrupta su suegra, que bien que le pidió que le arreglará esos papeles para cobrar la pensión que no le correspondía; corrupta su hija, que ya parece haber olvidado como le pidió que arreglara su acceso a la carrera de la universidad pública para la que no había conseguido nota; corrupto su hijo, cuando recurrió a él para que no le expulsaran del colegio tras sus habituales rasgos violentos.

«Ponle palabras, ponle palabras…»

Elejalde encuentra una magnífica réplica en Beatriz Argüello, formidable en la administración de su indolencia inicial, como ausente, anestesiada en los efectos del alcohol, mientras su familia se destruye, pero al tiempo elegante y desbordante de sensibilidad y glamour. Raúl Prieto construye el personaje de Farid de manera magnífica, interactuando con gran naturalidad tanto con los integrantes de la familia que se ha constituido en su refugio, como con el espíritu de Sima, mostrando muy acertadamente su desgarro interior, su desolación y su desconcierto, demostrando un gran control gestual al intentar comprender las extrañas palabras que sus anfitriones le dirigen, en un idioma que nadie intenta acercar hasta él.

«El capitán sigue siendo el capitán, a pesar de haber hundido el barco.»

Refugio, crítica teatral

Macarena Sanz (Lola) y Hugo de la Vega (Mario) resultan más que creíbles en sus papeles de hijos de Suso y Amaya, mostrando las consecuencias de la familia desestructurada que se plantea ante nuestros ojos.

María Morales interpreta dos personajes, Ana y Sima, la primera es una técnica perteneciente al partido político de Suso e interactúa con él en la primera escena de la obra, lo cual realiza adecuadamente, pero destaca aún más interpretando a Sima, la mujer de Farid, construyendo momentos más que emotivos: “…nadaste, mi amor. Esa es la palabra que elegiste. Nadaste hacia la superficie mientras tu hijo y yo nos hundíamos.”

La veterana Carmen Arevalo, convertida en el mejor recuerdo que nos queda de “Toc, Toc”, compone aquí el perfecto papel de la suegra de Suso, militante en el bando de su hija y de sus nietos, convirtiendo a su yerno en la diana perfecta, lo cual no le impide utilizarlo como aliado, según sus intereses.

Refugio, crítica teatral

Refugio tiene previsto mantenerse en la cartelera del Teatro María Guerrero de Madrid hasta el once de junio, lo mejor que puedo hacer, en este momento, es animar a cualquier buen aficionado al teatro a no perderse esta auténtica maravilla que ha compuesto Miguel del Arco, al cual le pude expresar mis felicitaciones a la salida de la representación a la que acudí, aún emocionado y conmocionado. Gran trabajo, y gran resultado, construido sobre la potente alegoría del uso del lenguaje, la construcción de realidad desde él y el pecado de incomunicación de nuestra vida contemporánea. Absolutamente imprescindible.

Crítica teatral publicada en @elespanolcom el 22/05/2017: http://www.elespanol.com/blog_del_suscriptor/opinion/20170522/218048201_7.html

 

 

 

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