Los cuernos de Don Friolera, crítica teatral

15 Ago 2019

El Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián, fue inaugurado en 1912 y es contemporáneo a la obra que en esta Semana Grande donostiarra se ha programado en él, “Los cuernos de Don Friolera”, escrita por Ramon María del Valle-Inclán en 1925.

Los cuernos de Don Friolera, crítica teatral“Aquí el mérito no se premia, se premia robar y ser sinvergüenza”

Mucho ha cambiado la sociedad de entonces, con sus estereotipos y convencionalismos, para acá, aunque tampoco podamos decir que la de hoy, cien años posterior a aquella, esté ausente y libre de ellos, falta otra centuria por delante para poder analizar en la distancia lo que hoy creemos como bien visto y socialmente admitido, que con el paso del tiempo, con seguridad, quedará obsoleto.

“¿Qué quiere ser usted?: …¡yo, difunto!”

La trama descrita por don Ramón María no es sino un instrumento para la crítica social y la sátira, en forma de esperpento, con la diana puesta sobre los relatos épicos de la época con el sentido del honor de por medio, y es en ese aspecto donde los personajes de don Friolera, Loreta y Pachequín mantienen su actualidad, atrapados entre lo que quisieran ser y hacer, y lo que la sociedad espera de ellos. Con un punto álgido en la filosófica conversación que mantienen, cómo prologo antes de que el argumento comience en su desarrollo, don Estrafalario y don Manolito, dónde hablan del gusto de los españoles por los extremismos y la barbarie, lamentando que don Quijote no haya servido de nada…

Los cuernos de Don Friolera, crítica teatral“España es una deformación grotesca de la civilización europea”

La compañía “Morfeo Teatro” ha acertado con la elección de esta obra de Valle-Inclán, incluida dentro del volumen “Martes de carnaval”, para su gira teatral por España en éste 2019, con parada agosteña en San Sebastián.

Francisco Negro realiza una ágil versión de la dramaturgia, dirigiendo un espectáculo en el que destacan los roles técnicos, especialmente a través de la escenografía de Regue Fernández Mateos y la iluminación de José Antonio Tírado «Pachi«, inspirándose en la serie de cuadros “Elegía a la Republica española” de Robert Motherwell, jugando con formas negras, con el resultado de un telón traslucido en el que destacan los colores crudos y los perfiles oscuros de la sociedad a la que don Ramón María sabe poner el aguijón de su ingenio, haciendo diana con su acerada crítica social.Los cuernos de Don Friolera, crítica teatral

“De primero: ingenio; de segundo: ríase un rato”

El elenco se esfuerza en ofrecer un trabajo donde lo que más destaca es lo coral por encima de las prestaciones individuales, convertidos todos los personajes en títeres a través de máscaras que solo dejan de usar cuando se convierten en relatores de la trama, si bien Adolfo Pastor, como Pachequin, no pasa inadvertido convirtiendo sus apariciones en los momentos con más comicidad del espectáculo.

Los cuernos de Don Friolera, crítica teatral“Hoy, de menú: palabras”

Acertada esta visión ‘titiritesca’ de “Los cuernos de Don Friolera” de Morfeo Teatro, donde como se dice en su texto original: “el mundo nunca se cansa de ver títeres”, que preserva los toques de esperpento de Valle-Inclán, sin intentar actualizar su trama al momento presente, sublimando lo más importante de su contenido, que es su crítica social sobre los convencionalismos y la presión social de lo políticamente correcto, a visión del grupo (o masa), sobre el individuo. Proporcionando un buen rato de sano divertimento, no exento de reflexión, a los espectadores que cuajaron una muy buena entrada en su estreno en el Teatro Victoria Eugenia de San Sebastián, quienes sonreían a su salida recordando citas de la obra como “Es inaudito …¡palabrotas no!” o “¡Viva España, coño!”. Grande don Ramón María.

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Comentarios

  1. Vi «Los cuernos de Don Friolera» allá por los finales de los 60´s interpretada por la mítica compañía «Gogo» acogida por el Instituto Norteamericano de Barcelona, donde actuaban Mario Gas, Calos Canut, Enma Cohen (entronces Enma Bertrán), Carles Velat y otros más dirigidos por Sans.
    En aquel momento fue una obra rompedora de esquemas en el adocenado mundo teatral de la época.
    Me gustaría volverla a ver.

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