Iter Lebaniego destinatio mihi (2)

20 Oct 2017

Iter Lebaniego destinatio mihi (2)La lluvia remite ya, me ha acompañado desde que las primeras luces del día querían iluminar mi ruta esta mañana, sin terminar de imponerse sobre la tormenta hasta ahora mismo, dejando ya espacio a otros sonidos, desde los de algunos jilgueros y pardillos, al agua vigorosa que desciende por el río Nansa.

Estoy tiritando y el dolor continua apoderándose de todo mi cuerpo.

Iter Lebaniego destinatio mihi (2)Apartada del camino veo una cabaña de pastores, el lugar es idóneo para intentar secar mi jergón, limpiar el barro de mis sandalias y consultar mi anotaciones. Antes de que caiga el sol debo llegar hasta Santa Juliana, para pasar la noche y protegerme bajo sus arcos románicos, aunque el clérigo de Santa María de los Angeles me alertó de que también lo podría hacer bajo el sardial que da acceso a su nave, por el oeste.

“…si la muerte fuera un bien, los dioses no serían inmortales.”

Iter Lebaniego destinatio mihi (2)

Debo encender fuego, estoy tiritando y el dolor continua apoderándose de todo mi cuerpo, como si tuviera clavos en mis rodillas, en mis caderas …y en todas las articulaciones, desde cuello a tobillos; mi piel arde …y al mismo tiempo tirito. Es como si, desde mi interior, me fuera desmoronando poco a poco.

No tengo descanso en esta huida, porque el mal lo llevo conmigo, en mis entrañas; con razón decía Safo, la poetisa griega, que “…si la muerte fuera un bien, los dioses no serían inmortales”.

«…el comienzo de la sabiduría es el silencio.»

Iter Lebaniego destinatio mihi (2)Llevo dos días en este camino y más allá de los sonidos de la naturaleza, es el silencio quien me acompaña, hasta el extremo que es él quien me habla, quien me cuestiona y a quien, sorprendentemente, yo mismo respondo; dirigiéndome las más perspicaces preguntas allá donde más incomodan, no habiendo confesor, fiscal o inquisidor que en más dificultades me pusiera. Quizás esta conversación que mantengo con el silencio en este camino, tenga que ver con lo que decía mi admirado Pitágoras, el gran matemático, al afirmar que “…el comienzo de la sabiduría es el silencio”.

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Comentarios

  1. Comparto los sentimientos que alguna vez he sentido!!
    A por el segundo día! Buen camino.

  2. Lucia sosa dice: octubre 22, 2017 at 2:57 pm

    De todos los caminos se aprende algo..me arrimo a los relatos..comparto la sabia naturaleza..

  3. Maravilloso relato. Mis piernas y caderas dan fe de sentimientos parecidos

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