El alcalde de Zalamea

07 Ago 2016

El_alcalde_de_Zalamea.6La inclusión de “El Alcalde de Zalamea” en la completa 39a edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro, que sigue creciendo y mejorando, año tras año; ha sido un acierto en varios planos, más allá de los artísticos, que son muchos, destacando el hecho de hacer presente en un entorno como el manchego, como el de otras muchas zonas similares de la España actual, la nobleza y el sentido de la justicia de Pedro Crespo, equilibrando en él conceptos como el honor, el amor, el derecho moral, la ley, la gobernanza de la propia hacienda y los efectos sobre todo ello al ostentar el bastón de mando municipal en la propia mano, enmarcando la diferencia de la gestión entre lo propio y lo público. Sin duda la praxis de este alcalde es un magnífico ejemplo para tantos regidores de nuestros pueblos y ciudades, que podrían utilizar como espejo.El_alcalde_de_Zalamea.3

Muy acertado el momento para hacernos llegar el gran mensaje de Calderón de la Barca, datado en el Siglo de Oro español (S.XVII), que llega hasta este siglo XXI enredado en un exceso normativo y de tecnócratas, afirmando rotundamente: “El honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios”…¡viva la sencillez!.

El_alcalde_de_Zalamea.4Y desde esa castellana sencillez dirige Helena Pimienta esta potente adaptación del texto clásico, con sobriedad, pero efectista, apoyada en un excelente escenografía de Max Glaenzel que recrea el aspecto visual de los antiguos corrales de comedias, con dos gradas laterales que sirven de soporte a elementos puntuales de las distintas escenas, dejando el fondo del escenario a un gran muro sobre el que, en la escena inicial, se evoca un juego de pelota sobre frontón, con movimientos “a cámara lenta” muy bien recreados que crean un preludio de gran belleza, antes de dar paso a la cruda trama. La acertada iluminación de Gómez Cornejo colabora a la calidez de la puesta en escena, sin perder ni un ápice de realismo.

El_alcalde_de_Zalamea.1Esta recreación del clásico de Calderón nos da la oportunidad de disfrutar de Carmelo Gómez en plena madurez de su carrera como actor, seguro, natural, convincente, dando carne a este razonable y justo alcalde, desenvolviéndose en el verso con tal sencillez, que parecía no declamar, y que las palabras que salían de su boca lo hacían de forma espontánea, aun con el ripio de la rima. Sin duda un gran trabajo, justamente premiado con el premio Max como mejor actor de la temporada.

El_alcalde_de_Zalamea.2Hasta diecinueve actores en escena complementan el buen trabajo de interpretación general, si bien dos parejas destacan por su química, por un lado la compuesta por don Lope y Pedro Crespo, en la que Joaquín Notario da una espléndida replica a Carmelo Gómez, componiendo un espacio de filosofía y sabiduría entre ambos, manejando muy acertadamente en sus personajes, tanto los perfiles de la tragedia inherente a la trama, como unas gotas de socarronería, en su justa medida, con las que flirtean con la comedía. Aunque sin duda el contrapunto de “divertimento” en el espectáculo es responsabilidad del magnífico trabajo de Francesco Carril y Alvaro de Juan, como don Mendo y don Nuño, noble “sin posibles” el primero y sirviente con mucho hambre, y más pragmatismo, el segundo; que convierten cada una de sus apariciones sobre las tablas en un disfrute, siempre afirmado por sonrisas entre el público.El_alcalde_de_Zalamea.8

Nuria Gallardo, como Isabel, hija de Pedro Crespo, realiza un gran trabajo, especialmente en el momento de su monólogo, posterior a la violación, que conmueve, componiendo con Carmelo Gómez -su padre- la más emocionante escena del espectáculo; nada que objetar en su trabajo, magnífico, pero si en cuanto al “casting”, pues la “exigua” diferencia de edad entre hija y padre limita algo la verosimilitud de la trama, al menos al inicio de la obra; lo cual ocurre igual en el caso de Rafael Castejón, interpretando a Juan, en un trabajo correcto, pero que arrastra ese mismo matiz, condicionándolo.

El_alcalde_de_Zalamea.5Del resto del elenco, destaca David Lorente, como Rebolledo, presentándonos a un granuja, un punto malvado y simpático a la vez, que resulta creíble. Jesús Noguero, como don Alvaro de Ataire, realiza un trabajo algo plano, siendo evidente, desde el inicio de la trama, sus aviesas intenciones, y es que los papeles de malvados siempre requieren algo mas de elaboración.

Sin duda “El alcalde de Zalamea” ha sido uno de los montajes estrella de la temporada, y el trabajo de adaptación del texto realizado por Álvaro Tato y la dirección de Helena Pimienta, junto con actores y técnicos, hacen que estas dos horas de espectáculo pasen como un suspiro, demostrando contemporáneo el texto que Calderón de la Barca escribió hace más de cuatrocientos años, y es que las cuitas que afectan a la humanidad se repiten permanentemente y siglo tras siglo.

Crítica teatral publicada por @elespanolcom el 09/08/2016: http://www.elespanol.com/blog_del_suscriptor/opinion/20160808/146305369_7.html

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