Cinco horas con Mario, crítica teatral

22 May 2016

Cinco horas con Mario, crítica teatralEl aniversario de los cincuenta años de la creación del texto de “Cinco horas con Mario” por parte de Miguel Delibes, nos ha deparado la grata sorpresa de recuperar sobre la escena teatral el personaje de Carmen Sotillo, de nuevo en la piel de Lola Herrera, en el Teatro Reina Victoria, de Madrid, bajo la sutil dirección de Josefina Molina que, con sencillez, crea el clima necesario para el lucimiento de la actriz y la exhibición de los matices del personaje y sus claroscuros.

La viuda de provincias, de buena familia, un punto reaccionaria y saturada de frustraciones, frente al marido que la defraudó.

La sensación de reencontrarme con la obra, el personaje y la actriz que la ha protagonizado durante más de 35 años sobre el escenario, ha sido toda una experiencia, ahí estaba el texto, ahí estaba Carmen Sotillo, ahí seguía estando ese Mario inerme, entre presente y ausente, pero con matices diferentes. Sin duda el paso del tiempo tiene un impacto, para empezar la España que tan acertadamente plasma Delibes, entre ilusionada y perezosa ante los estertores del franquismo, en este pulso a dos personajes en el que el atributo de la palabra solo lo tiene uno, entre la viuda de provincias, de buena familia, un punto reaccionaria y saturada de frustraciones, frente al marido que la defraudó, más interesado en escribir que en medrar, con sueños intelectuales, algo izquierdista, católico postconciliar e infiel, está hoy más alejada de los ojos del espectador que a principios de los ochenta, pero ello no hace que el texto pierda su gran carga de retrato social de la época, muy al contrario, sin embargo si se observa un cierto poso de mayor sosiego en la forma que Lola Herrera nos presenta hoy a Carmen Sotillo, quizás no resignada, pero si con una mayor aceptación de la situación, es una viuda que aparenta tener hecha la gestión del duelo, hasta el punto de presentarnos una tragedia con ciertas gotas de comedia irónica que, por momentos llega a generar alguna carcajada dentro del patio de butacas. Todo muy bien medido y en su punto justo.

Todo muy bien medido y en su punto justo.

Cinco horas con Mario, crítica teatral

Lola Herrera domina el personaje a la perfección, administrando maravillosamente todo el caudal emocional necesario, que se va incrementando, poco a poco, a fuego lento, hasta estallar en el momento en que Carmen Sotillo, aferrada al féretro de su marido profiere un grito desgarrador con el intenta purgar toda la rabia y el rencor que ha ido acumulando en su vida.Cinco horas con Mario, crítica teatral

Tras treinta y cinco años interpretando a este personaje, habrá bastantes cosas de Lola Herrera en él, e incluso es posible que igual que cuando protagonizó la película “Función de noche“ (1981), con su ex marido Daniel Dicenta, en algún momento le haya servido como una cierta terapia personal, pero lo que es indudable es que su creación interpretativa en él, es de las que no se olvidan.

Hasta mitad de junio se podrá ver a esta gran Lola Herrera protagonizando “Cinco horas con Mario” en lo que ya es historia de nuestro teatro …¡para no perdérselo!.

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