Bankia: 2 años después del ERE

15 May 2015

Hace unos días, en Londres, y de una forma totalmente alejada de la casualidad, el director financiero de Bankia, Leopoldo Alvear, en un acto de presentación de los resultados del banco nacionalizado, ante los representantes más importantes de las gestoras de fondos y bancos de inversión de la “City”, deslizó una afirmación llamativa: “Bankia podría participar en una nueva ronda de integración de sector financiero español, pero la Comisión Europea no nos lo permite”; es decir, el equipo gestor de la entidad rescatada con 22.400 millones de dinero público, de los que hasta ahora solo se han devuelto 1.304 MM euros por la venta de un paquete acciones del 7,50% de su capital en 2012, tienen en su horizonte el escenario de ampliar su capacidad a través de integraciones de otras entidades, lo cual habría que conciliarlo con la exigencia de Bruselas de que sea privatizada antes de 2017, según se recoge en el MoU (Memorandum of Understanding) del rescate del sistema bancario español. Es decir entre dos compromisos pendientes de cumplir, como son la devolución de las ayudas públicas y su privatización, Bankia se plantea “hacer compras”, se supone que pagando un precio.

El presidente de la entidad, Sr. Goirigolzarri, en una conferencia impartida en Valencia, días después, aseguró que la entidad nacionalizada está en disposición de devolver las ayudas públicas recibidas. La disposición enunciada es magnífica, pero para que la venta del paquete de acciones que controla el FROB, y a través de él, el contribuyente español, que es del 60,90%, en Bankia, sea igual al importe pendiente de devolución –21.100 MM euros-, su cotización debería revalorizarse, aproximadamente, un 145%, teniendo en cuenta que su capitalización actual es de 14.085 MM; sin embargo desde que se realizó la venta de 2012, la cotización ha tenido una evolución negativa del 21%, desde los 1,51 euros por acción de entonces, a los 1,23 euros de ahora.

Bankia busca la senda de la normalización en su negocio y los resultados presentados del primer trimestre del 2015 parecen alineados con lo anunciado por el actual equipo gestor, aunque diversas casas de análisis consideran que están por debajo de lo previsto, ya que, en ellos, se manifiesta una cierta dificultad en generar los necesarios ingresos recurrentes.

BankiaLos dos principales conflictos a los que se enfrenta Bankia parecen canalizados, ya que en el tema de su “presunta” irregular salida a Bolsa, que hizo esfumarse 3.092 MM euros, con unas cuentas que podrían no haber reflejado su verdadera situación patrimonial en aquel momento, se debate en las tribunales, con una fianza rebajada desde 800 MM euros a 34 MM euros; y en el tema de preferentes, los 1.523 MM euros en reclamaciones no atendidas hasta ahora, también se dirimen ante la Justicia.

Pero esta nueva Bankia, con deseos de protagonizar nuevas integraciones de otras marcas, que presume de los resultados obtenidos en 2014 y en lo que va de 2015, tiene un conflicto sin atender y compromisos firmados sin cumplir, lo cual no está alineado de forma adecuada con la Responsabilidad Social Corporativa que incluye como uno de sus faros de guía, se trata de los despedidos forzosos en relación al ERE Bankia, suscrito con los sindicatos mayoritarios.

El acuerdo para el ERE Bankia firmado el 8 de febrero de 2013, recogía unas condiciones voluntarias de salida, para dos grupos afectados, marcando el punto de diferencia en haber cumplido la edad de 54 años a 31 de diciembre de ese año o no. Las peticiones de acogerse a ese plan superaron el límite previsto para ese ajuste laboral, marcado en 4.500 personas; sin embargo la dirección de Bankia no atendió 1.200 de esas peticiones y realizó 539 despidos forzosos, a través de un proceso carente de información, lo cual le supuso un importante ahorro económico para el banco, ya que la indemnización se ajustó al límite previsto en la reforma laboral, difiriéndose el 40% del importe total de la misma a que cada uno de los afectados pudieran acogerse, o no, a un plan de recolocación en un plazo de 18 meses, el cual se ha superado, en todos los casos, sin que la nueva Bankia haya cumplido, hasta ahora, con lo comprometido en el acuerdo del ERE, de febrero de 2013, en cuanto al abono de esos importes, en los casos en que los trabajadores hayan recurrido a los tribunales en defensa de sus intereses, reclamando sus despidos como improcedentes.

Es llamativo que los sindicatos mayoritarios en Bankia no hayan incluido este notable incumplimiento en sus reivindicaciones ante la entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri especialmente tras acumular casos tan oscuros en su relación con esa casa, para la opinión pública en general, como el uso de ‘Tarjetas Black’ por parte de alguno de sus representantes u otras prebendas como financiaciones privilegiadas o remuneraciones por dietas.

Todos estos hechos no pueden pasar desapercibidos después de las informaciones sobre el acuerdo firmado el 14 de abril pasado, por seis de los sindicatos con representación en Bankia (CCOO, ACCAM, UGT, SATE, CSICA y ACB) por el que recibirán 650.000 euros de esta entidad, a cambio de una cierta “paz social” hasta 2018 que llevará implícita la no celebración de elecciones sindicales hasta ese año y recordemos que la privatización del ahora banco nacionalizado, se deberá realizar antes de 2017. Ya en el año 2011, en plena crisis de Bankia, se firmó otro acuerdo similar, por el cual estas mismas fuerzas sindicales recibieron 400.000 euros.

Las condiciones del ERE Bankia de febrero de 2013 fueron precipitadamente aceptadas por las fuerzas sindicales, al límite del plazo para una huelga general que contaba con una amplia aceptación entre los trabajadores, pero que más de dos años después, los 539 despedidos forzosos no hayan recibido el importe de las indemnizaciones acordadas, sin ruido social en relación a ello, es sorprendente, principalmente por parte de quienes deberían representar a los trabajadores.

Es comprensible el afán de Bankia y del equipo encabezado por el Sr. Goirigolzarri por mirar al futuro y recuperar “fama reputacional” para su marca, pero mientras no se cierren las heridas pendientes, OPS Bankia, Preferentes y también, las consecuencias del ERE de 2013, con los compromisos asumidos en él, esa posibilidad estará lastrada y sería recomendable que se aplicaran lo enunciado por Sócrates hace veinticinco siglos: “…si quieres gozar de una buena reputación, preocúpate en ser lo que aparentas.”

Artículo publicado en @_infoLibre, dentro de #Librepensadores el 17/06/2015: http://www.infolibre.es/noticias/club_info_libre/librepensadores/2015/06/20/bankia_anos_despues_del_ere_34192_1043.html

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Comentarios

  1. Manuel Ameller Reurer dice: mayo 16, 2015 at 9:08 am

    Brillante como siempre.
    Bankia y sus cómplices, los sindicato firmantes que aceptaron el soborno, permanecen callados y no tienen argumentos para rebatir las verdades.

  2. Gracias.
    Por con tan poco decir tanto. Por denunciar lo que los medios y psudodemocratas sindicalistas no se atreven. Por estar ahí y seguir apoyando lo que es de justicia.
    Sólo queda esperar y hacer bueno aquello de «somos piedras que rodamos, unas veces estamos encima y otras debajo». Estaremos encima, seguro.

  3. Mario Martín Lucas dice: junio 3, 2015 at 9:32 pm

    Gracias, por tu comentario. Más difusión en los medios es lo que debería tener este tema.

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